Actualizado 07/09/2007 02:00

Francisco Muro de Iscar.- La confianza

MADRID 7 Sep. (OTR/PRESS) - Quinto Horacio Flaco, un poeta latino de hace muchos siglos que hoy hubiera tenido algún éxito como columnista político, escribió que "las muchas promesas disminuyen la confianza". Mientras la fe es creer en lo que no se ve, la confianza es "la esperanza firme o seguridad en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea". Dicho eso, el vicepresidente Solbes, ¿tiene que tener fe en lo que ha prometido el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, de que van a dar vivienda gratis y por ley a todo aquel que cobre menos de 3.000 euros al mes? ¿Debe apoyar a su ministra de la Vivienda, Carmen Chacón, cuando comparte y apoya la medida de Chaves e, incluso, amenaza con hacerla suya? Si no tiene fe, que tal vez sea mucho pedir, ¿puede tener confianza en que esas promesas pueden funcionar? Como Solbes es una persona seria, conoce los dineros que hay en la caja, sabe que las nubes amenazan tormenta y tiene los pies en la tierra, uno se hace a la idea de que lo tiene que estar pasando mal. Muy mal.

La verdad es que somos muy exigentes. Cuando llegan épocas preelectorales - y en España las campañas electorales duran cuatro años- se deberían prohibir por ley todos los problemas. Ni el paro debería subir ni bajar las afiliaciones a la seguridad social; ni disminuir el consumo ni crecer la morosidad en los créditos hipotecarios. El pan no debería aumentar su coste y su precio. Tampoco la leche. Y el petróleo mucho menos. Así, los gobernantes, y los partidos de la oposición, no tendrían ningún problema en hacer las promesas que fueran necesarias. "Vamos a subir el salario mínimo a mil euros", por ejemplo, de manera que los que hoy cobran 1.000 euros, claro, vean subir su sueldo, al menos otros 400, porque si no es así, sus salarios, después de estudiar una carrera universitaria o tener una antigüedad de diez años, se habrían depreciado de una manera salvaje.

Y si los salarios de todos suben una media de cuatrocientos euros/mes, y la Seguridad Social de las empresas crece en la proporción correspondiente, ¿de dónde sale lo que es necesario para pagar todo? Si subimos las pensiones mínimas, que efectivamente son mínimas, ofrecemos vivienda de alquiler a precios de casa de muñecas, transporte gratis, libros de texto a precio cero, sanidad y educación gratuitas, etc., etc. resulta que o somos el país más rico y más productivo del mundo o no es posible.

Una máxima periodística dice: "no permitas que la verdad te estropee una buena noticia". Algunos políticos parecen empeñados en impedir que una crisis les arruine su paraíso electoral en el que está permitido prometer todo, incluso lo que no se debe y cerrar los ojos para no ver que vienen problemas. A veces, funciona. Tal vez sea un problema de confianza... ciega. Hay una vieja frase, no de muy buen gusto pero muy gráfica, que dice "prometer y prometer hasta meter; y después de metido, nada de lo prometido". Pues eso.

Francisco Muro de Iscar

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