MADRID 13 Abr. (OTR/PRESS) -
José Montilla, un socialista cordobés al frente de la Generalitat de Cataluña, no defrauda casi nunca. Tal vez no da grandes titulares, pero siempre dice cosas y, sobre todo, administra silencios. Esto lo hace mejor que lo de comunicar, por mucho que él diga que sabe lo importante que es la comunicación transparente. En su última visita a Madrid, a Los Desayunos de Europa Press, dio varias lecciones.
La primera es que si tiene, y lo tiene, un Plan B para alguna cuestión -OPA de Endesa, reacciones a una posible sentencia negativa del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña- no lo cuenta, porque entonces dejaría de ser B. B no será A hasta que A tenga que dejar de ser A. Está claro. "Las estrategias se aplican, nunca se explican". No se si es de Maquiavelo o de Drucker, pero Montilla lo aplica siempre, aunque no sé si con sus socios o sólo con su rivales.
No levanta el tono de la voz para nada: podría clavar un cuchillo a alguien, en el sentido figurado, claro, o mostrar su acuerdo, pero el tono será siempre el mismo. No renuncia a nada, pero quiere marcar los tiempos y hacerlo con discreción, como si no estuviera o como si quisiera hacer que alguien pensara que no está. Pero está, no cabe duda. Tiene muy claro quienes son los aliados y a quién hay que disparar. PP y Ciu no se libran de los dardos, algunos con ironía- "yo no me he cambiado el nombre, sigo siendo José y no Josep, como otros-; otros con maldad -"la CiU democrática de Pujol no se parece en nada a la de Artur Más, descentrada y desorientada", lo que molestará a Más y, tal vez, gustará al ex president- pero escapa, sin romperla ni mancharla, cuando le hablan de que tiene el enemigo en casa, es decir, el socio leal que propone alianzas soberanistas al enemigo CiU en el camino hacia la independencia. Más vale no tocallo y si se hace, nunca de cara al público, sino en casa, a buen resguardo.
Sólo he oído hablar tanto de España a dos catalanes: Jordi Pujol y José Montilla. Pero, ayer Montilla incurrió en dos contradicciones. O no... Asegura que "acatará" cualquier decisión del Tribunal Constitucional, pero si no la comparte, no sólo "Cataluña se unirá con una sola voz para hacer frente a los recortes", sino que él y su Gobierno harán todo lo posible para remover todos los obstáculos para cumplir los objetivos fijados en el Estatuto y poner en marcha "las acciones tendentes a superar aquello que se hubiera podido revalidar o desvirtuar". ¿Eso es acatar o atacar? La otra contradicción fue con la OPA de Endesa. Montilla se mostró favorable a la oferta de Gas Natural -a bajo precio y sólo una pequeña parte en dinero- que a las de EON y de Enel-Acciona y recurrió al argumento, reiterado en varias ocasiones, de la "catalanidad-españolidad" del opante. Pero o sabe más que nosotros del asunto o se le pasó por alto que Acciona también es "madrileña-española", es decir, que juega en la misma Liga que Gas Natural. ¿O no? Como Montilla no dice nunca nada que no quiera decir, hay que entender que dijo lo que quería explicar. Cosas de la comunicación transparente.
Francisco Muro de Iscar.
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