Actualizado 19/11/2007 01:00

Francisco Muro de Iscar.- Otros políticos

MADRID 19 Nov. (OTR/PRESS) -

Todos sabemos que la forma de hacer política de Chávez, Evo Morales, Castro, incluso de Kirchner, no nos gusta. Pero podemos tener la tentación de pensar que la buena es la que hacen entre nosotros los grandes partidos. Las campañas electorales han cambiado muy poco en los últimos tiempos y siguen basándose en los grandes mítines, buscando el momento estelar en que conectan las televisiones, algún que otro debate, -en televisión, claro- y en un cierto paseo por pueblos y ciudades a la caza del voto. Al final, los pactos de dos o más contra el ganador acaban configurando gobiernos que no respetan en puridad el voto popular y durante cuatro años los políticos no están obligados a casi nada más. La política es lo que marcan los aparatos de los partidos, no los ciudadanos.

Pero hay otra forma de hacer política. En Francia, Sarkozy, como en Alemania Angela Merkel, han tomado las riendas de países desmoralizados y están haciendo políticas diferentes. La presidenta alemana gobierna en coalición con sus principales opositores y el país funciona y crece. En Francia, Sarkozy está provocando un cambio importante sin miedo a las protestas. El país está vivo y se emprenden reformas de calado para un futuro que puede ser difícil. Claro que en Francia hay, también, una segunda vuelta que da el poder y las posibilidades de aplicar su programa a un sólo partido.

Pero es en Estados Unidos donde su peculiar sistema de primarias, y de captación de recursos, hace que los candidatos se enfrenten entre sí de cara al público y no rehuyan ninguna confrontación que permita a los ciudadanos saber quién les va a representar y qué piensa. Hillary Clinton está siendo atacada por todos sus rivales de partido que, luego, si sale elegida, la apoyarán hasta la victoria o la derrota. No rechaza ninguna pregunta y está demostrando que puede ganar. Uno de sus rivales, Barack Obama, estuvo hace unos días en Google, sometiéndose a las preguntas -no preparadas, ojo- de centenares de empleados de la empresa. Durante hora y media le preguntaron de todo y le pidieron respuestas concretas a problemas concretos. ¿Se imaginan ustedes a Zapatero o a Rajoy 'encerrándose' con los trabajadores de RENFE o de OHL, por poner sólo dos ejemplos 'inocentes' para ganar su voto, en lugar de ir a un mitin donde sólo asisten incondicionales? ¿Se imaginan un debate abierto entre todos los números 1, para responder a todas las preguntas, sin más límite que la moderación? O cambian los modos de hacer política y las campañas electorales o el entusiasmo volverá a ser manifiestamente descriptible.

Francisco Muro de Iscar

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