Actualizado 12/04/2007 02:00

Isaías Lafuente.- Mera mentira

MADRID 12 Abr. (OTR/PRESS) -

Agustín Díaz de Mera se olvidó un día de que sería el más alto responsable político del gobierno de Aznar que tendría que testificar en el juicio del 11-M y se lanzó a atizar la teoría de la conspiración desvelando un presunto informe que alguien le contó que presuntamente existía en el que se recogía la presunta conexión de ETA con el terrorismo islamista en la organización de la masacre. Lo hizo en una emisora de radio y le salió gratis. Después repitió el testimonio ante el tribunal que juzga los atentados y ahí se le pidieron más datos: el primero, que desvelara la fuente que le contó todo eso.

Díaz de Mera se negó a hacerlo apelando a valores sagrados, lo que le ha costado una multa, la apertura de un procedimiento por desobediencia y la recriminación pública de su jefe, Mariano Rajoy. Así que se lo ha pensado mejor, ha desvelado el nombre de su fuente y, dado que el fantasmagórico informe existe, está incorporado en el sumario del proceso y afirma justo lo contrario de lo que Díaz de Mera dice que decía, ahora el ex jefe de la Policía sostiene que fue manipulado para desechar la implicación de ETA en el 11-M. De tal manera que aunque se escudó en la lealtad y el respeto al cuerpo que dirigió para intentar eludir su responsabilidad ante la justicia, no le ha dolido prendas en presentar a algunos antiguos subordinados como un nido de hampones infiltrados capaces de tergiversar la verdad con el objeto de exculpar a los verdaderos autores de un crimen. Mal servicio a la causa, sin duda. Los cuatro comisarios aludidos por Díaz de Mera han negado rotundamente la versión de su ex director, lo que le deja en una difícil situación. De momento el tribunal ante el que sostiene su tesis conspirativa le considera desobediente, pero su horizonte puede complicarse si los jueces creen que, además, intentó engañarles con un testimonio falso. Y su partido se tendrá que pensar dos veces si un personaje así merece la dignidad de representar a los españoles en el Parlamento Europeo, en donde ocupa un escaño.

Agustín Díaz de Mera es el paradigma de la sinrazón a la que los dirigentes del PP han llevado a su partido. El ex director de la Policía podría estar exhibiendo ahora con relativo orgullo la brillante actuación de los cuerpos de seguridad del Estado tras la masacre. Pero, igual que sus jefes, prefiere seguir instalado en la ponzoña de una teoría que alguna vez tendrán que explicar en qué les beneficia. Si se hubiera demostrado la participación de ETA en la matanza del 11M, cómo habrían explicado su incompetencia, cómo habrían justificado que la banda terrorista a la que tenían debilitada y acorralada fuese capaz de cometer el mayor atentado de su historia en una ciudad blindada en vísperas de una jornada electoral.

Pero nunca habrá que hacer esa incómoda pregunta. El que era comisario general de Información aquel fatídico día, Jesús de la Morena, ha declarado en el juicio que el mismo día 11 de marzo, a las seis de la tarde, ya comunicaron al ministro Ángel Acebes que se descartaba la autoría de ETA. Desde entonces cualquier especulación en ese sentido no ha sido sino mera fabulación, mera mentira.

Isaías Lafuente

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes