MADRID 11 May. (OTR/PRESS) -
Durante muchos años se nos viene advirtiendo y recordando que los pasos del IRA en Irlanda del Norte y de ETA en el País Vasco español no son afines, ni siquiera parecidos o asimilables. Hizo también esta advertencia previa el Rey don Juan Carlos, que no es frecuente que aborde en público cuestiones de esta naturaleza, políticamente tan delicadas y controvertidas. Pero precisamente por ello, y por la condición bien conocida del Jefe del Estado de hallarse "por encima de la bronca política", sus manifestaciones y opiniones son particularmente significativas y relevantes.
En especial, en un momento en el que esa bronca ha alcanzado niveles inusuales, y la más frecuente acusación que se intercambian los máximos dirigentes del PP y del PSOE es que el adversario miente, engaña, vuelve a mentir y falsea la realidad. Y eso ha venido sucediendo en algunos casos especialmente cruciales y significativos: La política antiterrorista, la detención de Isabel Pantoja, la crisis de la CNMV suscitada por las revelaciones de Manuel Conthe y las candidaturas batasunas de ANV y la actitud que ante ellas ha tenido el Tribunal Supremo.
Ante cada una de estas cuestiones, Rajoy y sus adjuntos -Acebes, Zaplana, Cañete, Pujalte-, han puesto el grito en el cielo: el gobierno miente, engaña, falsea sistemáticamente e interpreta maliciosamente sentencias y declaraciones. Por el contrario, Zapatero mantiene el tipo en mayor soledad, y sólo ocasionalmente le acompañan en la defensa de sus posiciones Solbes, Sebastián, Acebes, Blanco o Garrido.
Pero volvamos al Rey y su, parece que nada preparado mensaje sobre el diálogo y el acuerdo alcanzado en el Ulster, y que pone fin a una sangría que ha costado 3.500 muertos y medio siglo de dramas y batallas. El Rey ha alabado la paz en el Ulster y sostiene que "hay que intentarlo". Resalta que el pacto en el Ulster ha costado diez años y mucha dedicación, elogia el proceso del Ulster y advierte que la situación en el País Vasco no es igual, subrayando, sin embargo, que los frutos de la negociación impulsada por Blair "a veces salen y otras no, pero si se consiguen, se consiguen".
No parece que el jefe del Estado pudiera resultar más preciso sin intervenir en la política de confrontación de PP y PSOE. Lo hace, además, en un momento especialmente significativo, cuando Blair anuncia su retirada como primer ministro precisamente tras haber alcanzado, con gran esfuerzo y paciencia, el acuerdo del Ulster. Precisamente, el monarca resalta que esos pactos que finalmente han logrado el abrazo y la colaboración de los antiguos enemigos mortales Paisley y Macguiness, han costado más de diez años. Y cabe interpretar que, de algún modo, con delicadeza, sin entrometerse, el jefe del Estado apoya que Zapatero, como Blair, trabaje por la paz en Euskadi. Incluso anima a buscar acuerdos como el de Ulster. La frase del Rey será de las que no se olvidan: Hay que intentarlo, si se consigue, se consigue.
José Cavero