Actualizado 10/12/2007 01:00

José Cavero.- El apoyo sin fisuras de Sarkozy

MADRID 10 Dic. (OTR/PRESS) -

Las relaciones de España y Francia en materia antiterrorista han sido sumamente variables en las últimas décadas. Durante mucho tiempo, España se lamentó amargamente de que los etarras tuvieran su refugio en Francia y anduvieran por el país galo sin mayores problemas que por el patio de su propia casa. La relación de colaboración podía variar y llegaba a mejorar en función de quién fuera el ministro del interior francés, o el primer ministro de Francia. Tiempos hubo en los que ese ministro encargado de perseguir a los delincuentes era abogado de etarras, sin ir más lejos. Era muy difícil imaginar que pusiera entusiasmo en encarcelar a quienes defendía ante los jueces. Luego, las derivaciones del estrechamiento de relaciones entre los miembros de la Unión Europea, y los acuerdos comunitarios para perseguir a delincuentes sin tener en cuenta las fronteras, empezó a cambiar las cosas.

Pero todavía dependía mucho del ministro del Interior francés de turno, y de que se llevara bien con su colega español. José Luis Corcuera relata la excelente relación que le correspondía mantener con su colega de aquellos tiempos, a quien hacía objeto frecuente de sus invitaciones y otras atenciones. Más recientemente, el todavía ministro Nicolás Sarkozy empezó a rectificar algunas actitudes escasamente colaboradoras de Giscard y de Chirac.

Y ahora, en nuestros días, cuando Sarkozy ejerce con brillantez y en todos los terrenos la presidencia de la República francesa, parece que hemos llegado al punto de una deseable máxima colaboración. El asesinato de los dos guardias civiles por etarras en Capbreton ha sido ocasión para que las autoridades francesas expresaran su máximo apoyo y colaboración, con frases extraordinariamente elocuentes: "El terrorismo de ETA es un problema español, -puntualizó Sarkozy, que tampoco quiere que ETA haga de Francia otro de sus propios problemas domésticos-. Pero, añadió, los enemigos de la democracia española con también enemigos de Francia. Perseguiremos a los etarras como si las víctimas fueran francesas".

Y como efecto directo de esa colaboración creciente, los equipos policiales conjunto, que ya en los últimos tiempos se apuntaron muy relevantes éxitos en la lucha anti ETA, van a tener carácter permanente y serán reforzados. Posiblemente de ese modo, la banda ETA terminará por verse acosada en Francia y deberá buscar otro país, algo que ya se había obligado a considerar en cada ocasión en que un ministro francés del Interior aplicaba las normas de colaboración con el vecino del sur.

Una de las primeras aplicaciones prácticas de la nueva y renovada cooperación fue la detención de dos etarras asesinos de Capbreton. La siguiente habrá de ser la entrega en bandeja del tercero de tales bandidos, posiblemente el jefe militar de ETA. La sangre de Centeno y Trapero reclama esa mayor y más efectiva colaboración antiterrorista.

José Cavero

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