MADRID 16 Abr. (OTR/PRESS) -
A nadie cabe la menor duda de que, en este, como en otros momentos de la historia reciente de España, a los españoles nos corresponde estar en las tribulaciones e incertidumbres que suscitan los terrorismos. Las dos clases de terrorismos 'a las puertas'. Nadie duda de que en las últimas semanas, el terrorismo integrista ha avanzado de manera sustancial en el Magreb, y que, conforme dice un cronista, el miedo se extiende por toda Casablanca y el terror agrava la división de Argelia. Otro analista escribe que los atentados de Argel y Casablanca confirman que el terrorismo islamista incluye al Magreb y a nuestro país en un mismo objetivo. Y en mayor medida cuando Al Qaeda equipara Ceuta y Melilla con Palestina en su plan para reconstruir el gran califato en el que sueñan. Sostiene una información periodística de las últimas horas que el espionaje español cree que se ha agudizado la reislamización social en Ceuta y Melilla. Y proporciona el dato llamativo de que nada menos que el 31 por 100 de los islamistas presos en España es de procedencia argelina. En otra crónica se señala que las Fuerzas de Seguridad vigilan a más de 200 radicales en España, y que estos individuos son considerados candidatos a integrar células terroristas a corto y medio plazo. Mientras tanto, Ceuta refuerza los controles fronterizos con ayuda de agentes camuflados, y la policía multiplica los controles en la ciudad por temor a que se infiltren los terroristas de Al Qaeda.
En cuando al otro terrorismo posible-probable, el de ETA, empieza a parecer inevitable el retorno de esos otros brujos, decididos a asemejarse a Dios quitando la vida o perdonando la muerte. Dice un autor de este domingo que de los discursos de la nomenclatura política se desprende en los últimos días un halo de inevitabilidad sobre el retorno del terror. Y otro recuerda que 'la responsabilidad' de la vuelta de ETA a la actividad terrorista corresponde exclusivamente a la banda. Por si alguno tiene la ocurrencia de hallar ya al causante directo. Lo cierto es que las informaciones del día resultan, una vez más, inquietantes. Destaco algunas anotaciones: primera, que la bomba de Barajas estalló tras rechazar el Gobierno la unión de Navarra y Euskadi. Segunda, que el PNV se convence de que Batasuna no es autónoma de ETA. Y tercera, que los pistoleros de ETA aumentan sus medidas internas de seguridad. Todo esto, mientras la llamada 'conspiranoia' no cesa: dice un periodista que "cada día cobra más cuerpo la tesis de que ETA aportó asistencia logística a los autores de la masacre del 11-M, y sostiene el ex ministro del Interior Mayor Oreja que detrás del 11-M pudo estar la banda u otros que querían acabar con el Gobierno".
Pudo estar o pudo no estar, claro. No hay duda de que lo más parecido a un terrorista es otro terrorista.
José Cavero