Actualizado 08/03/2008 01:00

José Cavero.- ETA interviene en la campaña

MADRID 8 Mar. (OTR/PRESS) -

Se había advertido que la banda terrorista ETA, o cualquier otra agrupación fanática, podrían actuar en los días finales de la campaña electoral, y podían tener la tentación, una vez más, de tener alguna clase de influencia en los resultados de las elecciones de este domingo. Las fuerzas de la seguridad del Estado y la policía autonómica vasca estaban alertadas y en guardia ante esta eventualidad, pero nuevamente se demuestra que donde hay un asesino decidido a matar, se hace sumamente difícil evitarlo. Matan porque se creen aprendices de dioses, con capacidad para quitar la vida o dejársela, a un ser humano elegido "a dedo" probablemente por ser fácil su "captura" y designación para la inmensa relación de asesinados por causa de nada...

La banda ha tenido, por consiguiente, esta "atención" de aguarnos unas fiesta como lo es siempre, para los demócratas, una cita con las urnas. Esta vez se ha quebrado tal fiesta, y como escribió un autor, "han matado a un hombre, han roto un paisaje". El paisaje electoral, el paisaje de Mondragón, el paisaje de una nación decidida a designar a sus representantes en las dos cámaras legislativas del Congreso y del Senado. ¿Qué pretenden, o como también se ha preguntado en estas últimas horas a quién pretende beneficiar o todo lo contrario, la banda terrorista con su crimen? Tenemos reciente otro hecho terrorista pavoroso, el crimen de los trenes de cercanías, que incidieron de manera importante en la afluencia a las urnas hace cuatro años. Ahora ha sido otra organización terrorista la que pretende intervenir e influir. ¿Con qué propósito? ¿Para romper la previsión de las encuestas según la cual volvería a tener mayoría el Partido Socialista, o para romper el equilibrio y dar mayor fuerza a los populares de Rajoy? Las urnas sabrán hacer esa cuenta tan difícil y resolver esa pregunta imposible: ¿A quién pretende beneficiar la banda asesinando a un antiguo concejal socialista, a un hombre inocente, indigno, en todo caso, de haber sido el elegido para sufrir esa muerte en presencia de su familia posiblemente por la sencilla razón de que era fácil matarlo?

Eso sí, nuestros políticos han aprendido una cosa: Que no vale ir por libres y aprovechar los crímenes terroristas para actuar por su propia cuenta y contra el adversario político. Hace cuatro años, Aznar convocó desde la Moncloa a los ciudadanos para que se manifestaran en la calle, y no quiso saber nada de otros partidos, ni siquiera del suyo. Esta vez, Zapatero y Rajoy han estado juntos para decidir que no habría mítines de fin de campaña, y que viajarían juntos a Mondragón a dar el pésame a los familiares. La unidad de los demócratas y de sus líderes tiene que ser la primera y principal conclusión de este crimen, de todos los crímenes terroristas.

José Cavero.

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