Actualizado 02/05/2007 02:00

José Cavero.- Maragall vuelve a 'armarla'

MADRID 2 May. (OTR/PRESS) -

A muchos pudo haber llamado la atención el silencio en el que parecía refugiarse el expresidente del Gobierno catalán, Pasqual Maragall, tras su relevo por José Montilla. Hubo algún intento anterior de 'dar guerra', pero apenas merecieron atenciones. Se sabía que, pese a mantener la presidencia del PSC 'pasaba' de acudir a sus sesiones de trabajo, pero tampoco eso resultaba siquiera sorprendente ni llamativo a nadie. Las 'maragalladas', o salidas extemporáneas del personajes, han caracterizado y disculpado muchas de las actuaciones 'singulares' del sucesor de Pujol y antecesor de Montilla. Esta vez, don Pasqual ha querido llamar la atención y lo ha hecho donde más daño podía procurar a su propio partido, y al Estatuto de autonomía que se gestó durante su mandato, y en el comienzo de la campaña electoral.

Para empezar, Maragall sorprendía en su apoyo a la idea de un Partido Demócrata europeo, por considerar caduco el PSC. Critica al PSC por ser un partido cerrado y burocrático. Pero ¿no es él su presidente? Lo cierto es que Maragall sueña con un partido distinto. "La sensación es de letargo y observo una falta de ambición en general, dice. El expresident cree que se va hacia dos grandes partidos continentales, el Popular y el Demócrata. Ante esa salida de tono, la dirección del PSC tilda de inoportunas las críticas pero no pedirá a su presidente que dimita. Eso sí, se adelantaba seguidamente que Maragall dejará la presidencia del PSC tras las municipales, sin esperar al congreso del partido en 2008. Más tarde se sabe que Maragall ha expresado a Montilla su deseo de abandonar la presidencia del PSC el próximo verano. El expresidente mantendrá la militancia pero sin presencia en la dirección del partido y Manuela De Madre será quien asuma las funciones de presidenta tras la renuncia de Maragall.

Segundo gran desacuerdo y segundo y tercer 'garrotazo' de Maragall: El ex jefe del Govern cree que ha fracaso la España plural de Zapatero, y acusa al presidente, su antiguo amigo, de traición y del fracaso del Estatut. Cree que el presidente dio un paso atrás en su federalismo inicial. Ni Zapatero ni el Estatuto están ya entre "los asuntos respetables" para Maragall, en este ataque de furor. El PSC no disimula su enfado y desasosiego, y teme que Maragall haga aún más declaraciones polémicas antes de las elecciones, en particular cuando observan reacciones ajenas: PP y ERC aplauden al expresident. A su vez, Mas hace el mejor análisis de la nueva actitud de Maragall: dice que Maragall erró al centrarse en cambiar España. Por su parte, CiU reprocha a Maragall que se escude en el Estatut para dejar la dirección del PSC, partido que vuelve a reprimirse y evita contestar a las críticas de Maragall para sofocar la crisis. Pero la invectiva del líder no puede pasar inadvertida, ni siquiera reducida en su alcance, y expresa su temor a que la espantada de Maragall haga peligrar la alcaldía de Barcelona...¿Habrá concluido sus invectivas, o aún le quedan deseos de venganza y guerra?

José Cavero

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