MADRID 25 May. (OTR/PRESS) -
Salvo en los momentos en que se han dedicado a atacarse y a replicar las afirmaciones del contrario, los dirigentes políticos de las dos grandes formaciones parece que han hecho campaña acerca de dos países distintos, y con problemas radicalmente dispares: Rajoy, a lo largo de una campaña que ya ha durado muchos meses, no ha tenido otra mayor preocupación que criticar y atacar la política antiterrorista del gobierno socialista de Zapatero. A Rajoy han acudido, a echarle una mano, en el mismo mensaje, tanto Aznar como Acebes. El primero, con su afirmación de que lo que no seda votar al PP será dar apoyo a las cesiones de Zapatero a ETA, que ha tenido la virtud de enfadar a socialistas, peneuvistas, comunistas... Acebes ha insistido hoy en la gran tarea: No hay una prioridad mayor que derrotar a ETA...
A su vez, el presidente del gobierno ha procurado hacer su propia campaña, al margen de esas pautas escasamente flexibles del PP: como final de campaña ha llegado en su ayuda la contabilidad nacional, que arroja el formidable dato del 4,1 por 100 de crecimiento de la riqueza nacional en el primer trimestre de este año, y una previsión anual que se aproxima al cuatro por ciento, nuevamente. Zapatero hace frente a la muy severa campaña popular negando que existan razones para el pesimismo que traslada en sus mítines el líder opositor, y con mensajes mucho más optimistas sobre la buena marcha del país y la concordia que mantiene la mayoría absoluta de los españoles, con muy pocas excepciones.
En la campaña electoral, particularmente en la municipal, es probable que haya tenido alguna particular influencia otra materia, la denominada corrupción urbanística. Dado que la nueva ley del suelo entrará en vigor coincidiendo con la vigencia de los nuevos ediles, hay esperanza de que pueda estar terminando una etapa en la que han abundado los escándalos y los desmanes urbanísticos. Es fácil comprobar la profusión de noticias de esa índole que han llegado a suponer un clima de preocupación, como indica hoy un diario económico: la corrupción provoca un gran temor en el sector inmobiliario... Un sector que proporciona un nivel insoportable de malos efectos: la corrupción y los precios retraen el turismo residencial, dice otra información también de hoy mismo. Y luego, la crónica profusísima de desmanes: el cemento cubre el 30 por 100 de la costa mediterránea. Los promotores urbanizan cada día junto al mar el terreno equivalente a tres campos de fútbol: Lanzarote, Almería, la Manga del Mar Menor. Murcia ha recalificado suelo suficiente para 800.000 viviendas. Puerto Lumbreras multiplicará su población por diez con 40.000 pisos. Cieza aprobará 20.000 nuevas casas el último día de legislatura, en pleno extraordinario convocado por el alcalde del PP. Dice el candidato socialista balear Francesc Antich, que su adversario, el presidente Matas ha impulsado el ladrillo y eso ha dañado mucho al archipiélago. El promotor de Telde reflejó en su balance los pagos con dinero B a ediles del PP. La contabilidad de la promotora registró el coste de un mitin de Rajoy con líderes canarios. Fabra gastó en 2004 el doble en pagar préstamos de lo que ingresó. Ciempozuelos, 18 años de negocios en equipo, entre los dos ex alcaldes imputados. Torrejón creó una red de negocios con la inmobiliaria del pelotazo desde 1991. Los arquitectos dicen que el ayuntamiento de Madrid insistió en cambiar el uso de Beti Jai, uno de los dos edificios que el testaferro de Roca quiso convertir en hotel. Corulla se sirvió de todas las excepciones legales para modificar el inmueble protegido... La Junta andaluza lleva diez años sin impugnar una licencia de Roca por ahorrar 50 euros. Tanta corrupción y tanto "ladrillo", ¿tendrán algún peso en los resultados baleares, canarios, murcianos, valencianos, madrileños y de tantos municipios señalados por el dedo acusador?
José Cavero.