Actualizado 12/01/2008 01:00

José Cavero.- Sarkozy apoya y Solbes explica

MADRID 12 Ene. (OTR/PRESS) -

La jornada de este jueves proporcionó abundante y variada información. De una parte, la cumbre hispanofrancesa, que abordó cuestiones de extraordinaria relevancia: la colaboración policial, la colaboración en materia de inmigración, la colaboración en la interconexión eléctrica. No hay duda de que hay buen clima y relación personal de apreciable amistad, y tampoco hay duda sobre la trascendencia que puede tener esa colaboración en ámbitos tan distintos. Incluso se puede pensar que avances en esas materias comunes pudieran impulsar de manera considerable las políticas comunes en la Unión Europea.

De momento, han pactado que las fuerzas de seguridad de ambos países actúen coordinada y libremente a los dos lados de la frontera. Pero no hay duda de que la creación de equipos conjuntos para acorralar a ETA puede llegar a ser, como se apunta en algunos análisis, en un embrión de la auténtica policía europea, ciertamente de acuerdo en luchar contra el crimen, y en particular el crimen organizado. Por ejemplo, ETA.

Otro tanto puede decirse del acuerdo alcanzado para una estrategia común en la lucha contra la inmigración ilegal que incluye repatriaciones. París y Madrid han acordado posibilitar repatriaciones de inmigrantes ilegales de forma conjunta. Ahora mismo, puede estar sucediendo, y sucede, sin duda, que unos países son más benevolentes y tolerantes con la inmigración ilegal. Adecuar y establecer criterios semejantes entre los países de la Unión tendría un doble efecto inmediato: El fortalecimiento de la zona comunitaria y su determinación a la hora de rechazar o admitir a inmigrantes, en función de determinados criterios de interés nacional: por cuotas, por oficios...

Y en tercer lugar, parece que, finalmente, y tras larguísima espera, se avanza en la colaboración eléctrica. En este terreno será preciso salvar la dificultad geográfica de los Pirineos para que haga realidad, de una vez, la colaboración entre la producción eléctrica entre ambas naciones, con evidentes beneficios mutuos.

El otro gran frente de atracción informativa estaba ayer en el Congreso, por razón de la comparecencia de Solbes, cuya ausencia navideña y "en tiempos de turbación", había sido advertida. Solbes está siendo, en los últimos tiempos, objeto de ataques, y hasta incluso de campañas de descrédito, por parte de Rajoy, Pujalte, Cañete y Costa, en coro. No hay duda de que Solbes es una pieza clave en la candidatura de Zapatero, y de ahí ese propósito de desprestigiarle. Pujalte llega a decir que no es la persona adecuada para responsabilizarse de la dirección de la economía por su falta de coraje y de compromiso para resolver los problemas y anticipar soluciones.

En su intervención, Solbes negó que haya crisis y dice que España está lista para la desaceleración. El ministro descarta medida de urgencia para frenar las subidas de precios. Incluso ve saludable una suave desaceleración. Y se vale de las cifras del año recién concluido: la economía creció un 3,5 por 100 en el último trimestre y que el IPC cerrará 2008 por debajo del 3 por 100. Y que "si ganamos las elecciones se crearán otros dos millones de empleos en cuatro años". Solbes insiste en que el Gobierno sabrá gestionar las vacas flacas, aunque reconoce la erosión de las economías familiares ante el repunte del IPC, descontrolado por causa del petróleo, y de los alimentos.

Evidentemente, hay dados para la satisfacción, en unos casos, y para la reflexión en otros. Sarkozy, no hay duda, está dispuesto a ayudar en la crucial lucha contra ETA y para acabar de una vez con el llamado "santuario". En cuanto a Solbes, parece que sigue recabando un amplio respaldo por parte de un empresariado que "se fía".

JOSÉ CAVERO

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