Actualizado 05/11/2007 01:00

José Luis Gómez.- A vueltas con España.- Marruecos, una vez más

MADRID 5 Nov. (OTR/PRESS) -

Esta semana arranca con visitas de los Reyes a dos pequeñas ciudades españolas que si no se llamasen Ceuta y Melilla apenas serían noticia más allá de las crónicas sociales o del periodismo cortesano. Pero tratándose de Ceuta y Melilla, el lío ya está montado a priori, aunque lo más probable es que, terminada la gira, tampoco pase nada. En España, desde luego que no, y en Marruecos depende del tiempo que sea necesario agitar un interesado cabreo de consumo interno. Sobre el ambiente planean la decisión de Baltasar Garzón de perseguir a personalidades del país vecino, el sufrimiento de algunos marroquíes desalojados en Madrid y las relaciones con Argelia, suministrador insustituible de gas para España. Las cesiones de Madrid sobre el Sáhara Occidental parecen ahora insuficientes para calmar los ánimos.

Lo que sí sería un problema es que por un mero viaje institucional a dos ciudades bajo soberanía española reconocidas por la comunidad internacional pasase algo entre España y Marruecos, cuyas relaciones económicas, sociales y políticas son cada vez más importantes y afectan ya a muchos miles de personas, sobre todo a raíz de los flujos migratorios. En ese sentido, no es muy buena señal que el rey Mohamed VI haya llamado a consultas "por un periodo indeterminado" al embajador de Marruecos en Madrid, salvo que se trate de un mero mensaje para los suyos.

España ya tuvo suficientes problemas con Marruecos en los años de Aznar de presidente, por lo que ese vaso ya está lleno. Sobre todo de perejiles y desaires. El que está en cambio medio lleno es el recipiente de las relaciones comerciales y el de las comunicaciones entre ambos países, precisamente ahora que el común amigo Sarkozy se muestra dispuesto a contribuir al relanzamiento económico del vecino del sur. La monarquía alauí es innegable que se ha modernizado, si bien episodios como los de ahora demuestran que de manera insuficiente. Y menos mal que el rey Mohamed VI se declara amigo del monarca español, que es como un hermano. ¿O ya no?

José Luis Gómez

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