MADRID 11 Oct. (OTR/PRESS) -
La Feria del Libro de Frankfurt es en realidad un gran mercado. Allí acuden editoriales y agentes literarios de todo el mundo a comprar y vender derechos de todo tipo de libros. Esta Feria no es más que eso, que ya es mucho, y tiene una dimensión tan universal que resulta aún más pateticos los esfuerzos del gobierno autonómico de Cataluña por presentarse como una "pequeña nación" en Frankfurt.
Ya saben que Cataluña es la invitada especial de esta edición de la Feria, y el gobierno Montilla, en vez de aprovechar la oportunidad de llevar a Frankfurt a los mejores escritores catalanes, lo que ha hecho es discriminar a los que siendo catalanes escriben en castellano. En realidad, Montilla lo que hace es aplicar la doctrina Maragall, que fué el impulsor de la presencia de Cataluña en esta Feria, algo que logro gracias a las gestiones y presiones del gobierno de España. Y no solo eso, el Ministerio de Industria se está gastando más de 16 millones de euros en un evento donde Cataluña quiere aparecer como un país aparte de España, y donde el vicepresidente del gobierno catalán, el señor Carod Rovira, argumenta que un autor catalán que escriba en castellano es como un alemán que escriba en turco.
La xenofobia y el racismo que rezuman estas declaraciones como otras de algunos líderes de Esquerra la verdad es que ponen los pelos de punta.
De manera que en Frankfurt no estará Marse, ni Ruíz Zafón, ni Eduardo Mendoza, ni Vila Matas, ni tantos otros escritores catalanes cuyas obras se han traducido a multitud de idiomas, y cuyo pecado es que escriben en castellano.
Lo peor es que la presencia de Cataluña en Frankfurt no aparece ligada a España, porque la Generalitat ha hecho lo imposible porque así sea.
En mi opinión, el nacionalismo siempre peca de paleto, y en está ocasión el nacionalismo catalán se ha comportado como tal, como paletos. Pero eso no es lo peor, lo peor es que con el dinero de todos nosotros, la Generalitat juega a presentar Cataluña como una nación y hacer política fuera de nuestras fronteras. No se lo que dará de sí la presencia catalana en Franfurkt, si me parece que la ausencia de los mejores escritores que tiene Cataluña ¡que le vamos a hacer si escriben en castellano¡ no es solo un error, es una barbaridad política que evidencia la sinrazón de ciertos sectores del nacionalismo catalán, amen de con la complicidad de los socialistas. ¿A nadie le ds vergüenza tanto desproposito?.
Es una pena que se aproveche la gran oportunidad que significa la Feria de Frankfurt para hacer política pequeña y paleta como en este asunto, y en tantos otros, hace el tripartito. El Gobierno, como suele hacer en estos casos, procura mirar hacia otro lado.
Julia Navarro