MADRID 18 Ago. (OTR/PRESS) -
Estos días los periódicos nos vienen ofreciendo fotos de algunas de las fiestas que en verano se celebran en distinto puntos de España y llama la atención, por lo menos a mí, el silencio ominoso de los detractores de las corridas de toros frente a las fiestas de los "correbous".
Quienes abogaban por la defensa de los toros alegando que las corridas son una salvajada guardan silencio ante, lo que en mi opinión si que es una salvajada sin paliativos, como es la prender fuego a los cuernos de los toros.
No sé a ustedes, pero creo que a cualquiera que tenga un poco de sensibilidad le deben de herir esas imágenes de loa "bou embolat". Y para colmo en uno de los festejos un pobre toro terminó tirándose al agua en un puerto, supongo que huyendo de los salvajes que le corrían detrás.
Pero de los "bou embolat" nadie se comparece, bueno, me refiero que no se comparecen los que han hecho esa campaña hasta conseguir que se prohíban las corridas en Cataluña. Su defensa de los derechos de los animales se termina en el momento que entran en juego sus fiestas populares.
Yo no veo manifestaciones, ni escucho declaraciones indignadas, ni sé de nadie que éste recogiendo firmas para llevar al Parlamento catalán la abolición urgente de los "bou embolat".
Cuando el Parlamento catalán aprobó la prohibición de las corridas en Cataluña ya escribí que el asunto nada tenía que ver con al defensa de los toros, que era lisa y llanamente una acción política. Por eso me sorprendieron algunas declaraciones de dirigentes socialistas diciendo que no había que "politizar" el asunto, como si el asunto en cuestión no fuera exclusivamente político.
Verán, es más salvaje prender los cuernos a un toro que huye despavorido ante el temor del fuego que porta sobre su cabeza, que el enfrentamiento entre el hombre y el toro en la arena. Al menos en ese enfrentamiento el toro tiene una oportunidad, enfrenta su fuerza contra el hombre.
Ya lo he escrito, pero lo repito, que hace años que he dejado de asistir a corridas de toros, pero eso no me lleva a pedir que las prohíban, pero eso si, firmaría para que desaparezcan esas fiestas salvajes que se celebran en tantos y tantos pueblos de España en que la gracia consiste en martirizar a animales indefensos. Es el caso de los toros a los que les prenden los cuernos, o las cabras a las que tiran desde un campanario, o de biurros maltratados, etc, etc, etc.
Por no hablar de que una vez más en cuanto llega el verano miles de perros son abandonados en las carreteras o en las calles de cualquier ciudad, por supuestos honorables ciudadanos que no son más que unos desaprensivos, por decirlo suavemente.
En fin, que el que esas fotos de los "bou embolat" no provoquen polémica y nadie pida que se supriman esas fiestas nos da idea de la enorme hipocresía de se esconde tras de quienes dicen sufrir por las corridas de toros. Ya lo he escrito, les empezaré a creer el día que lleven al Parlamento catalán la supresión de la fiesta de los "bou embolat".