MADRID 3 Nov. (OTR/PRESS) - Ya era hora. Me refiero a la visita que harán la próxima semana los Reyes a Ceuta y Melilla, la primera en sus treinta y dos años de reinado. Evidentemente si los Reyes no han ido antes a Ceuta y Melilla no ha sido por decisión suya, sino porque los distintos gobiernos, el de UCD, PSOE y PP, no lo han considerado conveniente.
La política exterior española ha estado siempre muy pendiente del 'amigo' del sur, de Marruecos, intentando evitar roces y conflictos, que aún a pesar de todo se han dado. Ahora en que las relaciones entre España y Marruecos son oficialmente inmejorables, el Gobierno ha decidido esta visita real que sin duda será histórica. Marruecos tiene entre sus objetivos, aunque sea a largo plazo, obtener la soberanía de estas dos plazas españolas, y España tiene la obligación de diplomáticamente dejar muy claro que Ceuta y Melilla son españolas.
No obstante hay que destacar que la "protesta" del gobierno marroquí por la visita de los Reyes, aunque oficialmente dura, al mismo tiempo dejan la puerta abierta a que nada ensombrezca las buenas relaciones entre los dos países. Así las cosas todo hace prever que el viaje de don Jaun Carlos y doña Sofía a Ceuta y Melilla será todo un éxito y desde luego un alivio para los miles de españoles que viven en estas dos ciudades y que en su fuero interno siempre temen terminar convirtiéndose en moneda de cambio por razones políticas.
Con esta visita de los Reyes, Zapatero hace un guiño al electorado, como si quisiera decir a los ciudadanos que a pesar de las criticas del PP de que esta rompiendo España, él es capaz de hacer lo que no hizo Aznar: organizar un viaje de los Reyes a las dos plazas españolas, y todo porque sus relaciones con Marruecos son tan buenas que se lo puede permitir.
Es evidente que en esta visita se ha debido de estar trabajando desde hace tiempo, y que no ha pillado por sorpresa a las autoridades marroquíes. Así las cosas todo hace prever que el viaje de don Juan Carlos y doña Sofía a Ceuta y Melilla sera un éxito y un alivio para esos miles de españoles que viven allí y en su fuero interno temen que algún día sus ciudades , por esas cosas de la política, terminen siendo moneda de cambio.
Julia Navarro.