Actualizado 10/11/2007 01:00

Lorenzo Bernaldo de Quirós.- ¿Adónde va el dólar?

MADRID 10 Nov. (OTR/PRESS) -

A lo largo de los últimos meses, el valor del dólar frente al del euro y el de otras divisas se ha depreciado de manera sensible. Esta tendencia se ha visto fortalecida por la reacción de la Reserva Federal ante la crisis de las 'subprime' y su contagio al resto del sistema financiero. Las sucesivas inyecciones de liquidez y las perspectivas de que el instituto emisor americano mantendrá una politica laxa han contribuido de modo directo a debilitar el billete verde y a acentuar su depreciación. A los factores estructurales que anunciaban e impulsaban la depreciación se le unen ahora otros de carácter inesperado (la tormenta financiera) que fortalecen las tensiones depreciatorias cuya intensidad es muy complicado prever.

La cuestión es si el ajuste será benigno y positivo como auguran algunos ilustres economistas, léase Martin Feldstein o, si el billete verde se desploma, en cuyo caso el problema sería bastante serio. Las modificaciones reales en el tipo de cambio al contado tienden a sobrepasar toda tendencia suave hacia el tipo de cambio de equilibrio; para decirlo en román paladino suelen ir acompañadas de un fenómeno de sobre reacción que se traduce en una apreciación y/o depreciación excesiva y coyuntural del valor de la divisa. Esto significa que, si el billete verde, inicia una carrera bajista, es difícil prever cual es el límite de la caída. Por ello es aventurado, por ejemplo, afirmar que la paridad dólar/euro es imposible o in 1,50.

Hasta ahora, los países asiáticos, con China a la cabeza, han financiado el desequilibrio externo norteamericano invirtiendo en dólares; a cambio han mantenido el valor de sus divisas artificialmente depreciado para favorecer a sus sectores exportadores. Ese singular intercambio fue denominado por Larry Summers 'Equilibrio Financiero del Terror'. Ello va a acelerar una estrategia de 'diversificación' de riesgos que se traduce de manera inexorable en una presión adicional a la baja sobre la cotización de la valuta estadounidense.

Los asiáticos han estado dispuestos a cubrir el déficit exterior americano porque, como se ha comentado, la compra de dólares les ha permitido tener un tipo de cambio más competitivo y porque, no lo olviden, la Administración norteamericana estuvo comprometida con una política macroeconómica que garantizaba la estabilidad del dólar. Ahora, el panorama es diferente.

En ese marco, la acumulación de 'billetes verdes', titulizada en bonos del tesoro, por parte de los acreedores públicos asiáticos supone una concentración de riesgo excesiva dada la previsible tendencia de la política monetaria norteamericana. ¿Qué va a pasar? Quien sabe. A la hora de predecir el tipo de cambio a corto, es difícil mejorar la predicción que representa la propia cotización del momento y ésta sugiere que la tendencia a la baja está lejos de haberse contenido.

Lorenzo Bernaldo de Quirós

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