Actualizado 19/02/2007 01:00

Lorenzo Bernaldo de Quirós.- Política y cambio climático

MADRID 19 Feb. (OTR/PRESS) -

Ha nacido una nueva religión. Los apóstoles de la Edad del Achicharre nos preparan para un futuro apocalíptico si no se adoptan medidas radicales para frenar el calentamiento global. En los setenta, el 'problema' es que el mundo se acercaba de manera inexorable a una nueva era glacial. Ahora, la tesis es la opuesta. Es verdad que durante el último siglo la temperatura media de la Tierra ha subido y también lo es que una parte de ese efecto tiene origen antrópico, esto es, es causada por la acción humana. La emisión de CO2 y de otros Gases han contribuido a calentar la atmósfera. Ahora bien, los teóricos del Apocalipsis medioambiental han elegido los supuestos más extremos de cambio climático para dibujar un panorama estremecedor cuya base científica es poco sólida.

De entrada, gran parte del recalentamiento global de origen humano está provocado por intervenciones estatales. El excesivo uso y consumo de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón es una consecuencia directa de que las distintas regulaciones como las subvenciones, las tarifas eléctricas por debajo de mercado, la oposición a la energía nuclear, etc. impiden al mercado reflejar los costes reales de su utilización y frenan la aparición de fórmulas energéticas y tecnológicas alternativas. Sin los frenazos nucleares de los años setenta del siglo pasado, el 'efecto invernadero' hubiese sido menor porque la demanda de energía derivada del petróleo hubiese sido mucho más baja. En este contexto, la liberalización de los mercados energéticos es pues una medida básica para contrarrestar el cambio climático.

En cualquier caso es importante evitar reacciones extremas ante el recalentamiento global. El pánico es un pésimo consejero y las medidas adoptadas a su amparo suelen producir consecuencias no deseadas. En concreto, un drástico recorte del recurso a las energías procedentes de combustibles fósiles podría tener un impacto muy negativo sobre nuestro bienestar. Si se deja funcionar al mercado con libertad, su propia dinámica llevará a encontrar fórmulas sensatas que permitan reducir la emisión de los gases que generan el 'efecto invernadero'. Esa es la solución razonable y sin duda la menos costosa para mantener nuestro nivel de vida.

Lorenzo Bernaldo de Quirós

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes