MADRID 24 Sep. (OTR/PRESS) -
Los Presupuestos Generales del Estado para 2008 son desde la óptica política de un abierto electoralismo y, desde la económica, imprudentes. El gobierno se ha lanzado a gastar para comprar votos. Por eso, ninguna de sus iniciativas presupuestarias no extienden sus beneficios al conjunto de los ciudadanos sino que los concentran en los grupos que el PSOE quiere captar. Seguro que los sociólogos del partido han hecho un sesudo estudio de cuales son los colectivos más proclives a conceder su apoyo a los socialistas si se les conceden regalos fiscales y presupuestarios. Esa así de puro y duro. Se utiliza el dinero de 'todos' para otorgar favores a unos cuantos. Por eso, las declaraciones de Solbes negando el carácter electoralista a estos presupuestos es una broma. Por otra parte, nadie esperaba otra cosa. Zetapé no ve claras las elecciones y quieres asegurarse votos.
Desde una óptica de Estado, los Presupuestos son inadecuados para la delicada situación en la que se encuentra la economía internacional y, por ende, la nacional. No sabemos cual puede ser el alcance real de la 'tormenta' financiera y tampoco podemos calibrar el impacto que tendrá sobre la economía española si la crisis continúa. Además, la economía española tiene severos desequilibrios macroeconómicos (déficit exterior e inflación) y microeconómicos (familias y empresas muy endeudadas) que la hacen muy vulnerable a cualquier golpe o perturbación. Ante este panorama, lo correcto es que el gabinete hubiese aplicado una política más austera, esto es, que el gasto público hubiese crecido menos y el superávit fiscal más.
Eso es importante porque si las cosas van mal, es decir, si la economía crece menos de lo que prevé el gobierno, lo que es muy posible, tendríamos margen suficiente para que la política fiscal y presupuestaria intentase compensar el bajón de la actividad con más gasto o con menos impuestos. Con estos Presupuestos, esa posibilidad es inexistente. Si la economía se tuerce, el déficit público volverá a emerger y piensen ustedes lo que sucederá si al elevado endeudamiento de los hogares y de las compañías, se suma el del Estado. Pero esto importa poco al PSOE cuyo único objetivo es ganar los próximos comicios a cualquier precio tampoco hay por qué escandalizarse.
Lorenzo Bernaldo de Quirós