Luis del Val.- Desdenes a Unamuno

MADRID 2 Ene. (OTR/PRESS) -

El otro día, para celebrar el 70 aniversario de la muerte del bilbaíno don Miguel de Unamuno, el Ayuntamiento de Salamanca organizó una serie de actos de homenaje, después de que ése mismo ayuntamiento se negara a rectificar su expulsión como concejal, tras el rifirrafe que mantuvo con el general Millán Astray, el 12 de octubre de 1936, y del que le salvó Carmen Polo de Franco.

Tampoco hubo representación del Gobierno Vasco, o más bien habría que decir que gobierno del PNV, porque los gobernantes autonómicos, aunque en teoría lo son de toda la población vasca, suelen reaccionar en clave nacionalista. De ahí, por ejemplo, la indiferencia hacia el recuerdo conmemorativo de otra personalidad conocida y señera, como Pío Baroja.

Es decir que, setenta años después, don Miguel sigue recibiendo el mismo trato que tuvo en vida. La República le nombró rector perpetuo de la Universidad de Salamanca, y, luego, lo expulsó, porque no se unió al Frente Popular. La Dictadura le repuso en el cargo y, después, lo también expulsó por el incidente aludido con Millán Astray.

Unamuno es una de las grandes personalidades vascas del siglo pasado. Y, aunque estudió en Madrid y ejerció mucho tiempo en Salamanca como profesor de griego, dio clases particulares en su Bilbao natal, y su tesis doctoral la hizo sobre el pueblo vasco, es decir que se ocupó de sus paisanos con más fundamento, más racionalidad y mayor trascendencia que los mediocres que han logrado con torpe necedad el desaire administrativo de borrarlo de los vascos ilustres. Da lo mismo. Su obra se sigue leyendo. y aquél "venceréis, pero no convenceréis" sigue vigente y se puede aplicar también a los torpecillos que pretenden menoscabar un prestigio tan reconocido como asentado.

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