Actualizado 19/02/2007 01:00

Pedro Calvo.- La culpa la tienen todos

MADRID 19 Feb. (OTR/PRESS) -

La altísima abstención es el dato decepcionante del referéndum estatutario de Andalucía. Nadie dudaba que el texto iba a ser aprobado por la inmensa mayoría de los participantes en las votaciones, pero el hecho de que éstos apenas hayan sobrepasado el tercio del electorado entraña un fuerte fracaso de este proceso. Se diría que el nuevo Estatuto le importaba más bien poco al pueblo andaluz. Una constatación que no debería alegrar a nadie, ni siquiera a los partidarios del no, porque eso es nocivo para la democracia. Es muy posible que sea cierto lo de que no existía una fuerte demanda social en Andalucía para esos cambios. ¿Debería haberse esperado a que esa demanda existiera?. Es toda una clase política la que debe responder, ya que el fracaso es responsabilidad de todos los partidos, aunque ciertamente en primer lugar del PSOE, partido gobernante allí, que no ha sabido o no ha querido cargar de entusiasmo a las gentes. El PP no se ha empleado a fondo, por otro lado, seguramente porque su enganche a la reforma estatutaria fue tardío y por pura necesidad de subsistencia.

En fin, resulta que a veces nos metemos en carruseles políticos que importan muy relativamente a los ciudadanos y además lo hacemos con la suficiente torpeza como para no corregir ese desinterés. Vamos a ver si les sirve de enseñanza, pues tras el andaluz vienen otros varios estatutos, también adornados por el consenso entre los dos grandes partidos, como es en todos los casos y cuya única excepción fue el Estatuto de Cataluña. Es inútil que se echen las culpas entre sí porque es bien sabido que cuando se produce semejante fracaso de participación es que todo el mundo tiene las culpas. De modo que pocas prédicas y que se den prisa en pasar a otros temas, en dedicarse a otras empresas de las que sí pueden interesar mucho a los ciudadanos. Al menos tendrán que corregir este dato de hoy, que es uno de los más bajos de nuestra historia democrática. Deberían probar con la vivienda, la corrupción urbanística, el cambio climático, la sanidad, la educación y cosas por el estilo.

Pedro Calvo

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