Pedro Calvo.- Matas y su laberinto

MADRID 23 Jun. (OTR/PRESS) -

Jaume Matas ha tirado la toalla. Las razones que ha dado te convencen o no según el punto de que partas. Habrá quien diga que no debió marcharse sino aguantar en la oposición, que también es un lugar muy digno para hacer política. Habrá quien diga que para qué seguir si al menos por cuatro años no va a poder seguir haciendo lo que estaba haciendo. Otros dirán que las cosas que le han ocurrido son demasiado como para seguir como si tal cosa. Pienso en lo de Andratx, en lo de la autovía de Ibiza, por citar algo de lo más resonante en los últimos meses de corrupción generalizada. Piense cada cual lo que quiera. Tampoco sabemos qué futuro judicial podría esperarlo ni qué desarrollo podría tener el famoso asunto de su palacete, que se tendría que haber evitado, al menos por estética. Personalmente, me inclino por la permanencia de los líderes al pie del cañón, tal vez con la excepción de resonantes derrotas, caso que no es del Matas en Baleares, ni muchísimo menos.

Y elevando el tiro, si en las próximas elecciones generales Zapatero o Rajoy pierden por poca diferencia, pienso que no tendrían por qué tirar la toalla. Otra cosa es que haya poderosos tiburones esperando su oportunidad. Es lo que se dice de Gallardón y Esperanza Aguirre. Tal vez hubiera tenido Rajoy mejor oportunidad para dimitir el 14-M, si es verdad que esperaban un triunfo resonante, otra mayoría absoluta. Pero el tema es políticamente delicado, trufado con los sentimientos, la ética personal, la fortaleza moral, la resistencia a las presiones del propio partido. También depende todo de la concepción global que se tenga de la política, si se está en ella por servicio apasionado a la gente, al país, al municipio, a la región, o si está para satisfacer el ego, la soberbia, la arrogancia y no digamos si es para medrar en los diferentes estadios de la ilicitud.

Pedro Calvo

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