MADRID 30 May. (OTR/PRESS) -
Hay que olvidarse un poco de los análisis que hacen los partidos políticos y atenernos a la máxima racionalidad de que seamos capaces los observadores, con un esfuerzo suplementario de objetividad en la contemplación del panorama abierto tras el día electoral. Si no lo hacemos así podemos caer en el foso de la confusión y del engaño que cavan los partidos para su propio provecho. No dice la verdad quien hable de la apertura de un camino unidireccional hacia las generales a raíz del 27-M. En estos momentos la pelota está en el tejado igual que antes y los dos grandes partidos tienen que pensar tanto en sus resultados -puede hablarse de un cierto empate, aunque el PP tenga unas décimas porcentuales más- como en su respectiva capacidad de pacto con los partidos menores, sin los cuales ninguno de los dos podría hacerse con el Gobierno el día de las generales. Pero es que ahora mismo, todavía con las municipales y autonómicas encima, vemos cómo un montón de ciudades y pueblos, más tres autonomías, dependen de los pactos que cada uno pueda o quiera formalizar.
Diversos medios han titulado acertadamente que el PP saca unos pocos votos más al tiempo que pierde una buena porción de poder territorial (municipal y autonómico), por mucho que lo de Madrid, que es muy importante, lo exploten hasta la saciedad. Los votos que les han sobrado en Madrid les habrían venido muy bien en el resto de España. Porque con un poco de mala suerte pueden encontrase con el Gobierno de cinco Comunidades Autónomas frente a once que pueda tener el PSOE. Es verdad que entre esas cinco está Madrid, importantísima, y también Valencia. Pero no tendrán el resto de las grandes y no tan grandes autonomías, como Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia, Cataluña, Aragón... ni una docena larga de importantes ciudades que hasta ahora sí tenían. Y en cuanto al PSOE lo cierto es que no han podido disimular su estrepitosa derrota doble de Madrid, que es donde de verdad les duele. El mapa es complicado y las generales inciertas. Faltan muy pocos meses y hay que aplicarse.
Pedro Calvo Hernando.