MADRID 13 Ene. (OTR/PRESS) -
Es evidente que lo que no querían de ningún modo era que se celebrase la manifestación de Madrid este sábado. Los organizadores han accedido a todos los cambios exigidos por el PP en el lema a exhibir en las calles. Pero la reacción del PP es pedir la desconvocatoria de las manifestaciones y declarar que no acudirán a la llamada de los sindicatos y de las asociaciones de ecuatorianos. Todo ello después de una infinidad de añagazas y de excusas en una escalada semántica cuyo único fin era boicotear la manifestación. La opinión pública española así lo verá con toda claridad, dadas las evidencias. El PP se acaba de meter en un carrusel sin salida y de una tremenda peligrosidad. Acaban de meterse en otra operación de soledad, como aquella del apoyo a la guerra de Irak que tan desastrosos resultados les produjo. Todos los partidos y fuerzas sociales de peso van a estar en las calles de Madrid este sábado a las seis de la tarde, exigiendo el final del terrorismo, la paz, la libertad, la vida y todo lo que haga falta.
Casi cuatro años después, va a repetirse en Madrid, en el mismo escenario, la misma escena de cuando las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Irak y la participación del Gobierno español en ella. Cuando escribo, estoy escuchando los detalles de la movilización de apoyo de los artistas e intelectuales, que ya tuvo una gran trascendencia en las movilizaciones de 2003. Se respiraba en el ambiente ya la necesidad de reaccionar frente a los abusos de la derecha, que en ocasiones creía haber ganado la calle con manifestaciones -esas sí- basadas en los intentos de división de la sociedad española. Ahora se les ha invitado hasta la saciedad y se ha cedido ante todas sus exigencias, por lo demás, innecesarias, para terminar rechazando de todo modos la manifestación y su presencia en ella. Los dirigentes del PP están jugando de nuevo con fuego y ya se sabe que muchos de sus votantes van a estar en las calles de Madrid porque encuentran incomprensibles las estrategias de su propio partido. Van a estar solos incluso frente a sus propios votantes.
Pedro Calvo Hernando.