MADRID 11 Oct. (OTR/PRESS) -
Enfrentada a la evidencia, la todavía cúpula del PP intenta huir de ella a través del espejo. La evidencia es su oposición feroz a la Ley de Memoria Histórica, esto es, a que se lleve un poco de reconocimiento y de consuelo a los españoles víctimas del fascismo, a que se de digna sepultura a los que todavía yacen innominados en las cunetas, a que se retiren los símbolos franquistas de la vía pública y a que se declaren ilegítimas las farsas judiciales que se utilizaron para castigar a la gente, que es a lo que finalmente ha quedado reducida la dicha ley. La imposible huída a través del espejo: La delirante patraña elaborada y difundida por su entorno, según la cual Zapatero se habría inventado la ley de la Memoria para presentar al PP, si no la aprueba, como un partido de ultraderecha epígono del franquismo.
¿Será posible que el nivel de ideación de los partidarios de Acebes, ya muy pobre antes del verano, haya descendido en otoño hasta ese punto abisal? Nunca fue más fácil, entonces, desactivar la estrategia y las añagazas del adversario: bastaría con que el PP, amenazado de quedar como un partido carcunda y faccioso por su defensa cerrada del "pelillos a la mar" y del olvido de las víctimas, votara a favor de la Ley de la Memoria, como, por lo demás, va a hacer todo el mundo.
Pues no basta con reputarse demócrata, sino que es menester acreditarlo, he aquí que al Partido Popular se le presenta una inmejorable ocasión para hacerlo. ¿Podrían esforzarse por entender que la Historia franquista que les contaron en el colegio y tal vez en casa nada tiene que ver con la verdadera y terrible Historia de España?
Rafael Torres.