Actualizado 19/10/2007 02:00

Ramón Pí.- Desde la libertad.- Volver a las andadas

MADRID 19 Oct. (OTR/PRESS) -

Si Rodríguez Zapatero ganase las elecciones próximas volvería a negociar con la ETA a la primera oportunidad. Eso lo sospechaban muchos desde siempre, también desde el atentado de la T4, incluso después de que la banda declarase roto el proceso de negociaciones. Había buenos motivos para esta sospecha a pesar de lo grandilocuente de las proclamaciones gubernamentales de ruptura, de liquidación del proceso, de ser implacables con los terroristas y de repetir una y otra vez lo del Estado de derecho. Los hechos no se acomodaban a las palabras. Mucho implacables, mucha Constitución y muchas esdrújulas, pero luego, cuando el Partido Popular proponía al Congreso dar por derogado el acuerdo de 2005 que permitía al Gobierno negociar con los terroristas, hala, a votar en contra. Muy sospechoso todo, sí.

A partir de ahora, sin embargo, ya no hace falta sospechar nada porque el ministro de Justicia, Mariano Fernández bermejo, lo ha dicho con todas las letras. Y lo ha dicho, además, de forma bastante temeraria: sin movérsele un músculo de la cara afirmó en el Congreso que si el Partido Popular llegase al Gobierno, lo haría también. Qué suerte hemos tenido con este ministro, que además nos ha salido adivino.

Lo que no ha dicho el señor Fernández Bermejo, aunque probablemente no era necesario, es que Rodríguez, si gana las elecciones, volverá a las andadas de negociar con los asesinos ocurra lo que ocurra, con muertos o sin muertos sobre la mesa, con violencia o sin ella, con kale borroka o sin kale borroka. Digo que no era necesario que hiciera esta precisión porque eso ha sido lo que ha hecho Rodríguez la primera vez.

El acuerdo del Congreso de 2005 establecía unas condiciones para que el Gobierno entrase en contacto con la ETA. Ninguna de esas condiciones se cumplió nunca, y la negociación existió, porque en realidad las cosas sucedieron al revés de cómo aparentan: la apariencia es que primero hubo un acuerdo del Congreso, luego la ETA cumplió las condiciones, y después el Gobierno empezó los contactos. La realidad, en cambio, ha sido que primero hubo contactos, luego negociaciones, y al final se vistió el muñeco con el acuerdo parlamentario, aunque la ETA no hubiera cumplido nunca ninguna condición.

¿Hay alguna razón para pensar que, si Rodríguez Zetapé gana las próximas elecciones, vaya a comportarse de otra manera? La respuesta, sencillamente, lamentablemente, es no.

Ramón Pí.

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