Actualizado 09/09/2011 14:00

Rosa Villacastín.- El Abanico.- El Estado del bienestar se tambalea.

MADRID, 9 Sep. (OTR/PRESS) -

No dudo que los recortes llevados a cabo por la presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha sean necesarios, incluso muy necesarios, teniendo en cuenta como está el panorama económico. Con lo que no estoy en absoluto de acuerdo es con la forma en que los han llevado a cabo, sin explicar a la opinión pública por qué se reducen unas partidas y otras no. Por qué el tijeretazo afecta más a los que menos tienen, a los débiles, a las clases más desfavorecidas, y no a los que más ganan y más riqueza acumulan.

Dejar de pagar a un dependiente que recibe 300 euros al mes o a una viuda con una pensión miserable, incluso dejar de pagar a las farmacias que surten a la población de los medicamentos necesarios para una mejor salud, no tiene justificación si antes no se han tomado otras medidas para reducir gastos como son las tarjetas de crédito a los altos cargos, las comilonas, los viajes a cuenta de las arcas del Estado, el auto bombo con gastos millonarios en publicidad, la contratación de nuevos asesores, teniendo las comunidades como tienen funcionarios que pueden desempeñar esos cargos sin aumentar por ello el presupuesto, y tantas y tantas otras cosas de las que se puede prescindir sin que por ello se resienta el funcionamiento de esos tres grandes pilares del Estado del bienestar como son el de la Sanidad, la Enseñanza Pública y la dependencia.

Comprendo que lo fácil para los políticos que están en continua campaña electoral es echar la culpa de todo lo malo al anterior Gobierno, más si este es su mayor adversario en las próximas elecciones. Un Gobierno, el de Barreda, que si algo ha demostrado es haber puesto a su comunidad a un nivel de servicios públicos como no se había conocido y, otra cosa, a ser bastante mejor pagador de lo que dice el PP, sobre todo si nos atenemos al informe elaborado por la FADSP (Asociaciones en Defensa del Sistema Público), que pone el sistema sanitario de Castilla-la Mancha como uno de los mejor valorados del país, junto con el de Navarra, y muy por encima del de Valencia, Galicia o Madrid, las joyas de la Corona del PP. Aunque no quisiera olvidarme de chapuzas como el aeropuerto de Ciudad Real o todo el fiasco de la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha.

Confieso que estoy preocupada, escandalizada también, por la facilidad con la que los políticos aplican el tijeretazo, sin pensar en las consecuencias humanas y sociales que cada una de esas medidas pueden tener para las clases más desfavorecidas y que más atención precisan, sólo porque les tienen que cuadrar las cuentas antes de que los ciudadanos vayamos a votar el 20-N.