MADRID 20 Jul. (OTR/PRESS) -
Penélope es mucha Penélope pese a su aspecto frágil. Lo ha demostrado a lo largo de su vida, ya que hay que tener mucho carácter, mucha fuerza, mucha ambición para marcharte a vivir a Hollywood, a probar suerte en una profesión, en la que tantas buenas actrices hay, y en la que tan difícil es que triunfe un actor o una actriz de habla hispana. Pese a todo, Penélope dio el salto, y lo hizo cuando estaba en un momento dulce de su carrera, con un gran porvenir por delante, querida por los directores y por el público de habla castellana que le sigue desde sus comienzos. Sabiendo que el camino que iba a recorrer no sería de rosas, como no lo había sido para otro de nuestros actores más queridos, Antonio Banderas, y sin embargo, allí que se fue, sola, dejando en Madrid parte de su corazón, a sus padres, a sus hermanos, y a sus amigos. Nada de eso le importó, o si le importó que estoy segura que sí, lo hizo de igual manera porque esa era la meta que se había trazado.
Hoy Penélope es una actriz admirada y querida como bien pudimos ver en la última edición de los Oscar, donde demostró que de la niña solitaria y desvalida, no queda nada. Es una mujer elegante, bella, segura de sí misma, y una actriz que bien dirigida por Pedro Almodóvar, puede llegar donde quiera. Le hacen falta eso sí, guiones como el de 'Volver', para que Penélope saque el animal cinematográfico que lleva dentro. Pronto la veremos en la última película de otro grande, Woody Allen, que rueda en Barcelona, y en la que trabaja también ese otro gran actor que es Javier Bardém.
Al contrario que Penélope y Antonio, Javier no quiere ni oír hablar de Hollywood porque prefiere el cine que se hace en Europa, en España, lo que en modo alguno le impide cruzar el charco de vez en cuando si el proyecto merece la pena, pero para vivir, nada como su Madrid.
Pero si algo ha aprendido Penélope de la mentalidad americana es que hay que proveer para cuando deje de sonar el teléfono, para cuando las primeras arrugas empiecen a surcar su bello rostro, algo que está muy mal visto en la Meca del cine porque allí lo que quieren, lo que buscan, es carne joven, y eso siempre tiene fecha de caducidad.
Y que antes de meterse en negocios que no conoce o que pueden llevarse por delante parte del dinero que ha ganado, lo hacen con uno que conocen bien. Penélope y Mónica, su hermana y socia en este evento, se han lanzado al mundo de la moda. ¿Cómo? Explotando esa vena de chicas elegantes que les acompaña allí por donde van. Se han asociado con Mango, con el fin de que cualquier chica de Madrid o de Nueva York, pueda lucir la colección que ellas mismas han diseñado, y que estoy segura va a obtener un gran éxito porque esta diseñada a su imagen y semejanza: vestidos de fiesta, gabardinas, blusas, en total 25 modelos, algunos de los cuales ya se pueden encontrar en las tiendas de Mango, como un avance otoño-invierno.
La presentación de esta unión empresarial entre Mango y las hermanas Cruz, se hizo en Ibiza, durante una fiesta a la que asistieron muchos periodistas y famosos. Según contaron las hermanas llevaban varios días en la isla, tostándose al sol, descansando y tomando fuerzas porque el invierno siempre es duro, sin que nadie les molestase, sin que ningún paparazzis, les diera la lata, o al menos eso piensan ellas, porque ya aparecerá alguna foto de esas que tan poco gustan a los famosos.
Rosa Villacastín