Actualizado 26/10/2007 02:00

Rosa Villacastín.- El "glamour" de la Infanta Elena

MADRID 26 Oct. (OTR/PRESS) -

Los premios 'Telva' de la moda se han convertido en la gran pasarela del lujo y la elegancia, por donde desfilan artistas, aristócratas, modelos, políticas, empresarias y periodistas. Los invitados a la cena de gala de este año tenían el aliciente de contar con la presencia de uno de los genios de la alta costura francesa. De madre española, Galliano cuenta con todos los ingredientes para no pasar desapercibido: tiene talento, personalidad propia, y ese punto de locura y excentricidad tan necesario en el mundo de la moda, de la moda internacional. Premiado por sus últimas colecciones, Galliano compartió estrellato con otra gran diseñadora española, Carmen March, mucho más joven pero con una gran intuición para saber qué es lo que le sienta bien a la mujer que sale por la mañana de su casa y no vuelve hasta por la noche. Elegida diseñadora revelación por el jurado de 'Telva', Carmen me sorprendió también por su enorme personalidad. Fue la única de todos los que subieron al estrado que no nombró a los duques de Lugo, invitados de honor de Nieves Fontana, directora de la revista. Quizá se le olvidó debido a los nervios o no, quién sabe.

No es la primera vez que la Infanta Elena acude y preside estos premios. La recuerdo hace años, cuando todavía no se había hecho público su compromiso con Don Jaime de Marichalar. Aquella noche algo llamó mi atención, era el brillo de sus ojos, el pelo suelto, su ancha y generosa sonrisa. Así lo escribí, hasta que meses después supe, supimos, el motivo de un cambio tan espectacular. El amor había entrado en su vida. La otra noche también la encontré distinta. Elegantísima con un traje negro de Galliano que dejaba sus hombros al descubierto, pelo recogido en un alto moño, con una espectacular gargantilla y pulsera de diamantes, la sonrisa siempre a punto. Frente a ella el duque de Lugo, su marido, observando a todos y cada uno de los invitados que iban entrando al salón donde tuvo lugar la cena. El duque es una esponja que apenas habla pero que asimila con toda precisión lo que ve. Un hombre agradable, al que le gusta frecuentar a gente que nada tiene que ver con las altas instancias de poder -periodistas y escritores en su mayoría-, al que duelen las cosas que de él se dicen sin conocerle, a veces sin fundamento. Gajes del oficio, supongo.

Había interés entre los asistentes y la prensa por ver juntos a los duques de Lugo, sobre todo después de los rumores que apuntaban a una posible crisis de la pareja. Les observé durante la cena y no noté nada que pudiera dar pie a que estén a punto de la ruptura. Por supuesto que puedo equivocarme, pero me inclino por pensar que hay gente con ganas de enredar. Como todos los matrimonios los de Lugo tienen días mejores que otros, pero de eso a una separación, creo que hay un abismo. El tiempo nos dirá si es cierto o no, mientras tanto lo mejor sería rebajar la presión que sobre ellos se ejerce desde algunos sectores de la prensa rosa y no tan rosa.

Es difícil hacer un resumen pormenorizado de la gente guapa que asistió a los Premios Telva. Y lo es porque el numero de modelos por metro cuadro impedía que te fijaras en una persona en concreto, salvo que esta fuera Agata Ruiz de la Prada -en colores naranjas- a quién acompañaba su hija Kósima que muy pronto participara en el Baile de las Debutantes que anualmente se celebra en Paris, y al que acudirá vestida de Cristián Lacroix.

A modo de ejemplo, decir que Carolina Kourkova, que estaba sentada entre Pedro J. Ramirez, director de 'El Mundo', y Galliano, es una de las mujeres más impresionantes que he visto en mi vida. Con la piel transparente y un traje negro, de volantes del modisto francés, recogió el premio a la "Modelo solidaria", en medio de un gran aplauso. Se lo merece.

Elegantísima también Patricia Rato, la mujer de Juan Antonio Ruíz, Espartaco, que esa noche se encontraba cazando osos en Alaska. Patricia que conoció al diestro sevillano cuando era una jovencita sin experiencia, se ha convertido en una mujer de gran atractivo y personalidad. Discreta como es, no puede ocultar sin embargo, su encanto y buena educación, tan necesaria en estos tiempos que corren. Y a quién no dejaron de preguntarle por el romance de su hermana y Javier Bardem fue a Mónica Cruz, un calco de Penélope. Preguntas que no quiso contestar por razones obvias.

Rosa Villacastín

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