Actualizado 11/03/2007 01:00

Victoria Lafora.- ¿Un milagro?

MADRID 11 Mar. (OTR/PRESS) -

Parece que Gobierno y oposición podrían ponerse de acuerdo en reformar la ley que regula la financiación de los partidos políticos. Y si eso ocurre ahora, en medio de la peor bronca política de la legislatura, y a un año 'oficialmente' de las elecciones generales sólo puede calificarse de milagro, de hecho extraordinario, de fenómeno cósmico. Quien esta negociando este tema, que tanta irritación causa a los ciudadanos y tantos pesares ha llevado a los partidos por denuncias de corrupción son, nada más y nada menos, que Fernández Marugán por el PSOE y Martínez Pujalte por el PP.

Este último, al margen de la estridencia de su voz , se caracteriza por su destemplanza en los debates que le ha conducido a ser expulsado de su escaño y del hemiciclo en un hecho insólito en el Congreso. Por su parte, Marugán es conocido por la tozudez de sus posturas y la complejidad de su verbo. Así que, si estos dos representantes populares son capaces de entenderse es que el milagro es posible. A sí es que puede que no lleguemos a las trincheras, que no resurjan las dos Españas y que dejemos las calles para pasear y ver como brota esta adelantada primavera.

Pero no hay que cantar victoria anticipadamente porque el tema de la financiación es arduo y espinoso ya que regula de donde llega el dinero del que viven los partidos y con el que pagan sus pancartas, sus sedes e incluso los autobuses con los que traen manifestantes a Madrid cuando quieren protestar por algo. Desde el comienzo de la democracia, este aspecto no ha estado bien legislado y en todos los partidos ha habido casos que han acabado en los tribunales. También se ha utilizado para tirarse los trastos a la cabeza y apelar al 'tu más' pero, al margen del espectáculo, la corrupción existe y ha existido. Les ha manchado a todos, desde los periféricos a los nacionales.

El principal escollo ha sido la resistencia contumaz a eliminar el anonimato y la opacidad de las donaciones que reciben las arcas de los partidos y que les permitía recibir, por ejemplo, de una generosa constructora una elevada donación altruista a cambio de una licencia de obra. Eso por hablar solo del ladrillo, porque también encontraban los partidos generosidades en otras áreas del mundo financiero.

Si por fin se ponen de acuerdo, si se logra el milagro, los partidos no podrán recibir donaciones anónimas superiores a noventa mil euros anuales, las fundaciones (FAES, Pablo Iglesias,etc.) serán fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas y quien quiera darles dinero tendrá que hacerlo públicamente.

Conclusión: si se produce el fenómeno cósmico del consenso (y convendrán conmigo en que no exagero) los españoles vamos poder saber de donde les llega el dinero a los partidos, al margen del que reciben de nuestros bolsillos a través e los Presupuestos Generales del Estado; con lo que se va a cerrar una puerta a la corrupción. Sería magnífico.

Victoria Lafora

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes