Actualizado 16/12/2007 01:00

Victoria Lafora.- Ministra reprobada

MADRID 16 Dic. (OTR/PRESS) -

Al final los socios de Montilla en el tripartito se van a salir con la suya y, con el imprescindible apoyo del PP (que extraños compañeros de viaje), la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, será reprobada el martes en el Senado.

Es un cierre poco brillante a su discutida gestión al frente de las infraestructuras, y tras los desastres de la llegada del AVE a Barcelona. Va a ser la primera ministra reprobada en la democracia y la intemperancia de su carácter ha tenido mucho que ver con la crispación de los catalanes, que lejos de recibir explicaciones convincentes por lo hundimientos que paralizaron cercanías, recibieron frases destempladas. Si un político no es capaz de dominar su propensión al enojo, su incapacidad para pedir disculpas, o su dificultad para asumir errores, no debería aspirar a dirigir un ministerio que, como todos, está al servicio de los ciudadanos.

Pero esta reprobación, que se logró evitar en el Congreso gracias al voto de dos tránsfugas, tiene otra consecuencia política al margen del borrón en el cierre de legislatura para el Gobierno de Zapatero, y es la nueva fractura del tripartito catalán.

El PSC vuelve a verse abandonado por su socios de gobierno y tanto ERC como ICV se acercan a CIU, como ya hicieron en la manifestación de Barcelona. La proximidad del nueve de marzo exacerba los nacionalismos y deja al gobierno de Montilla tiritando. De hecho ya se han oído voces pidiendo al president de la Generalitat que disuelva y convoque elecciones coincidiendo con las generales.

Otra cosa es el fin de curso de Magdalena Álvarez, que vivirá una semana, la próxima, de luces y sombras porque, ya con la reprobación en el bolsillo, inaugurará el nuevo AVE a Valladolid y el de Málaga, su tierra. Además ha podido comprobar las dificultades de la llamada "Y" griega vasca que pretende comunicar las tres capitales vascas con alta velocidad. Como ya sucediera con la central de Lemóniz, hoy convertida en un esqueleto de hormigón que ensucia el paisaje, o la autovía de Leizarán, ETA y los suyos le han declarado la guerra y ya hay una constructora que, amedrentada por las amenazas terroristas, ha abandonado el proyecto. Además, los ayuntamientos gobernados por ANV, por donde pasará el tren, pretenden convocar referéndums vecinales para modificar el trazado. Esperemos que esta vez el gobierno Vasco no se avenga a esas exigencias, como hizo con Leizaran, y resista los chantajes de ETA. Pero sin duda es otra infraestructura ferroviaria que va a dar problemas. ¡Que calvario!

VICTORIA LAFORA

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