Victoria Lafora.- Pocas bromas

MADRID 18 Nov. (OTR/PRESS) -

El chistecito de Zapatero sobre las cercanías ha debido sentar a los barceloneses como una patada en la boca del estómago. Y es que hay bromas que no tienen ninguna gracia, al margen de ser una metedura de pata política de cuidado. La gracieta se le ocurrió al presidente en una entrevista televisiva cuando Buenafuente llegó tarde y Zapatero dio por hecho que la culpa era de los trenes de cercanías. Los ciudadanos, que llevan meses sufriendo atascos kilométricos, madrugones y dificultades sin cuento para llegar a trabajar, se debieron quedar de piedra al escuchar semejante sandez.

Esto ocurría el día antes de que el Parlamento de Cataluña debatiera la petición de cese de la ministra de Fomento Magdalena Álvarez. Propuesta que ha contado con los votos de todos los grupos, excepto el PSC. Aunque es verdad, como ha recordado Maria Teresa Fernández de la Vega, que es una petición testimonial a la que el Gobierno no va a hacer ni caso, también es cierto que los proponentes del cese han sido los socios de gobierno de los socialistas en Cataluña ERC e ICV, que un hecho así es la primera vez que ocurre y que muchos disciplinados diputados del PSC han tenido que taparse la nariz para votar en contra.

El primero Montilla que, aprovechando un acto del Rey en Barcelona, no ha acudido al pleno, y se ha librado de escuchar como sus 'amigos' y compañeros de ejecutivo calificaban la petición de dimisión como una "obligación moral y un imperativo ético" ante el desastre de las obras del AVE. Esto decía Ridao de ERC, porque Milá de ICV no dudó en calificar a la ministra de "prepotente" y de reclamar su cese por higiene democrática.

A cuatro meses de las elecciones todos barren para casa, 'socios' y oposición quieren pescar en Cataluña los votos de la justa indignación. También la proximidad electoral es la causa de que el Gobierno se niegue a entregar la cabeza de la desacreditada ministra de Fomento. Álvarez puede conseguir buenos resultados en Málaga; además su cese sería reconocer errores en la gestión y es más rentable achacar los fallos a la falta de inversión de gobiernos anteriores.

El chascarrillo de Zapatero sobre los retrasos de cercanías le puede costar al PSC los votos que el sentido común y la cordura de los catalanes no le habían quitado hasta ahora. No está el patio para risas.

Victoria Lafora