- El principal escollo sigue siendo la postura de las formaciones nacionalistas en el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja
MADRID, 20 Nov. (OTR/PRESS) -
Tras el parón de la actividad legislativa del Gobierno motivado por las elecciones catalanas, el Ejecutivo quiere retomar algunos de los proyectos que tenía aparcados, entre ellos la reforma del Reglamento del Congreso de los Diputados. Y para reactivar estos trabajos, el presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, se reunirá mañana con los diputados que forman parte de la Ponencia del Reglamento para desbloquear esta reforma e intentar llegar a un principio de acuerdo en relación al principal obstáculo para el consenso: el uso de las lenguas cooficiales.
Con este encuentro de carácter preliminar, Marín pretende sondear cómo están las posturas de los grupos en torono a este tema, que fue lo que hace un año bloqueó los trabajos de la Ponencia. El presidente del Congreso quiere, a instancias del propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, avanzar en esta materia antes de que lleguen las elecciones municipales de abril del próximo año.
Pero si bien hay consenso entre PP y PSOE en temas tan importantes como el control al Gobierno o las comisiones de investigación, el uso del catalán, el gallego y el euskera es el caballo de batalla para que las formaciones nacionalistas puedan prestar su apoyo a la reforma reglamentaria.
Así, ERC considera "imprescindible" que en las nuevas reglas de funcionamiento del Congreso de los Diputados se recoja el "reconocimiento de la diversidad ligüística del Estado". Un reconocimiento que a efectos prácticos abriría la posibilidad de hacer intervenciones ante el Pleno en estas lenguas cooficiales, consultar la web del Congreso en las mismas o que los ciudadanos y ayuntamientos tenga opción de dirigirse al Congreso en dichas lenguas cooficiales.
ERC, INAMOVIBLE
Y no será fácil que los republicanos abandonen sus pretensiones. El diputado de ERC, Joan Tarda, adelantó hoy que en la reunión de mañana volverá a defender las mismas reivindicaciones. Y aunque admitió que el castellano debe, por "razones de funcionalidad" ser la lengua preeminente en los trabajos parlamentarios, y que la ampliación en el tiempo de las lenguas cooficiales debe hacerse de forma paulatina, expresó su malestar por el hecho de que el Congreso ignore la remesa de 500 cartas que envió ERC en catalán.
A principios de octubre, la formación republicana presentó con su presidente, Josep Lluis Carod-Rovira, y su secretario general, Joan Puigcercós, a la cabeza medio millar de cartas en catalán al presidente de la Cámara Baja en las que le solicitaba que permitiera el uso de esta lengua en el Congreso y dejase de "rechazar" los textos que ayuntamientos, grupos municipales y particulares le remiten en esta lengua.
Una iniciativa a la que Marín respondió rápidamente argumentando que no se rechazan los documentos redactados en catalán que llegan a la Cámara Baja sino que se solicita una versión en castellano, en el caso de que carezca de ella, para "facilitar su tramitación y conocimiento por lo órganos competentes". Ya entonces, el propio presidente del Congreso advirtió que la reforma del Reglamento era "necesaria e inaplazable".