Publicado 27/11/2025 08:01

Antonio Casado.- Peramato: esperar y ver

MADRID 27 Nov. (OTR/PRESS) -

Núñez Feijóo, líder del PP y aspirante a presidente del Gobierno, ha dicho que para formar criterio sobre la próxima fiscal general del Estado no hay que fijarse en la persona que va a ser nombrada sino en la de quien la nombra. El aspirante a presidente del Gobierno incurre en la patológica tendencia de llevar los pre-juicios y los apresurados procesos de intención a nuestra crispada campa político-mediática. Es injusto y poco riguroso que la nueva fiscal general "in péctore', Teresa Peramato, cargue de salida, aún sin haber sido nombrada, con el sambenito del "continuismo", vinculado a los errores de su antecesor.

Solo por el hecho de llevar la marca "progresista" en su historial nadie puede anticipar que Peramato es una respuesta inadecuada para recomponer la dañada imagen de una institución que presenta graves desperfectos en su imagen pública. No es malo ni bueno llevar la marca del progresismo en un régimen de libertades. Lo malo es anteponer las afinidades políticas e ideológicas a los reglados compromisos de un servidor del Estado con la legislación vigente.

En el caso del todavía fiscal general en funciones (julio 2022- noviembre 2025), lo malo no es que sea progresista o conservador. Lo malo es que sus afinidades arrinconan sus deberes de respeto a los principios de legalidad, imparcialidad y servicio a los ciudadanos. Ese es el pecado de García Ortiz, si nos atenemos a los hechos ya cosidos a su trayectoria en el origen (no idóneo, según el Consejo General del Poder Judicial) y en el ejercicio del cargo (inhabilitado por el Tribunal Supremo por haber cometido un delito perfectamente descrito en el Código Penal).

Nada ha impedido que el CGPJ haya declarado unánimemente la idoneidad de Peramato. Y nada impedirá que esta apruebe con nota alta el examen de conformidad parlamentaria cuando pase por la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. Obtenido ese doble respaldo, será cuestión de días que la nueva fiscal sustituya al inhabilitado García Ortiz y pueda acometer con éxito la tarea de devolver el prestigio y dotar de estabilidad a la institución.

Quien persiste en seguir dañando la imagen de la Fiscalía es el propio Poder Ejecutivo cuando sostiene que la condena a García Ortiz ha sido una derrota de la "verdad" (Sánchez, en la sesión de control al Gobierno de este miércoles) y de la "democracia" (vicepresidenta Yolanda Díaz llamando a movilización de la calle contra la inhabilitación del fiscal general en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del martes).

Son dos formas de decir que el TS va contra la verdad y la democracia cuando aplica el primer salmo del Estado de Derecho: nadie está por encima de la ley. Ni la esposa del presidente del Gobierno, ni su hermano, ni su fiscal general ¿Es tan difícil de entender?

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