Actualizado 06/09/2007 02:00

Antonio Casado.- Vientos de crisis

MADRID 6 Sep. (OTR/PRESS) -

La crisis económica enseña la patita. Vale, no hay razones para alarmarse sobre un brusco cambio de ciclo. Pero, al menos en clave estrictamente nacional, los últimos datos conocidos sobre paro, confianza de los consumidores y afiliaciones a la Seguridad Social no invitan al optimismo.

Malas noticias para la causa del Gobierno. Vienen a contrapesar el uso del superávit presupuestario como palanca electoral de cara a las urnas de marzo. Así lo ha visto el comisario de la UE para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, que ha advertido a Zapatero sobre los riesgos de que la euforia electoralista se lleve por delante ese 0,75% del PIB que en estos momentos presentan las cuentas públicas.

Lo cierto es que mientras el Gobierno prepara el cheque-baby para las familias con niños nacidos a partir del 1 de julio (500 millones de euros costará globalmente este premio de natalidad) hemos sabido que 80.000 familias ya no pueden hacer frente a sus hipotecas, que las cifras de paro en el mes de agosto han sido las más altas de la última década, con 250.000 afiliados menos a la Seguridad Social, y que se ha producido un visible descenso del índice de confianza de los consumidores. Todo ello con fondo de crisis en la construcción, que venía siendo el motor de la actividad económica. Y, ojo al dato, una sensible bajada en los niveles de consumo familiar.

Lo ha recordado oportunamente Mariano Rajoy, líder del PP: "El primer dato preocupante de la situación económica es el nivel adquisitivo de los salarios. Hoy los españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes con problemas de salarios, pensiones e hipotecas".

El precio de las hipotecas es la punta del iceberg. En un océano laboral 'mileurista', la subida de los créditos está afectando seriamente a la actividad económica porque las familias se ven obligadas a reducir el consumo en otros bienes o servicios. Eso, en el mejor de los casos. En el peor, el riesgo es de quiebra de la economía familiar. Por no fijarse en las cifras de desempleo de agosto, que nos han hecho volver a superar la barrera de los dos millones de parados, con un aumento muy superior a la media en el sector de la construcción. Nada menos que un 9,65%, dato significativo donde los haya. Y si disminuye la actividad en la construcción, disminuye la actividad general, por el peso de este sector en el crecimiento. A estos efectos, anótese ese 2,7% de caída en las matriculaciones de coches durante el pasado mes de agosto.

Malas noticias para todos nosotros y especialmente adversas para la causa electoral de Rodríguez Zapatero, asentada hasta ahora en un envidiable cuadro macroeconómico. Sin embargo, Moncloa niega la mayor y sostiene que no hay razón para alarmarse. El que no se conforma es porque no quiere.

Antonio Casado

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