Actualizado 25/01/2007 01:00

Antonio Casado.- Viviendas vacías

MADRID 25 Ene. (OTR/PRESS) -

Como en la Francia pre-electoral de Royal y Sarkozy ya se han puesto las pilas para que los voluntarismos de las Constituciones tengan un reflejo más fiel en la realidad, al menos en lo que se refiere al asunto de la vivienda, parece que aquí nos hemos contagiado. Primero fue el País Vasco. Y ahora Cataluña, aun en fase de esperar y ver lo que pasa en Euskadi.

Como se sabe, la idea original, o el copyright, es de Javier Madrazo (IU), cuya consejería del Gobierno Ibarretxe se ocupa de este tema tan actual y tan delicado. Se trata de penalizar a los propietarios de pisos vacíos con la disuasoria cantidad de 9 euros diarios, una vez probado que las viviendas están desocupadas y tampoco han entrado en el mercado del alquiler. Madrazo hizo pública la ocurrencia el pasado 12 de enero apelando a las necesidades de vivienda de tantas personas cuando otras se permiten el "inadmisible lujo" de mantener vacías las que le sobran. Apenas una semana después, su colega catalana, la consejera Carmen Trilla, asumía la idea de Madrazo y anunciaba su intención de incorporarla a la futura Ley del Derecho a la Vivienda. En cuanto lo supieron, CiU y el PP hicieron unas risas, cada uno por su lado, claro, aunque ambos comparten la oposición al "tripartito" catalán presidido por José Montilla. Los de Artur Mas califican la iniciativa de "despropósito" y los de Josep Piqué de "animalada". Y no les falta razón a ninguno de los dos.

Es una cuestión de principio. Vemos en este caso, cuyo contagio se limita por ahora a Euskadi y Cataluña, un curioso rodeo de los poderes públicos para descargar en los propietarios de pisos vacíos su responsabilidad en la aplicación del constitucional derecho a una vivienda digna. Es una aberración. Son los gobernantes y no los titulares de una vivienda sobrante quienes tienen que garantizar tal derecho. Y, a la hora de garantizarlo, ya es chocante que ejerzan mayor presión sobre los afortunados poseedores de vivienda vacía que sobre los especuladores o sobre las malas prácticas municipales. Justamente. Puestos a incurrir en la antigualla del intervencionismo, ya podían los gobernantes convertirlo en algo de provecho. Por ejemplo, actuando sobre los circuitos inmobiliarios donde la especulación del suelo ha multiplicado la cifra de multimillonarios en España por la vía del "pelotazo". O creando las condiciones para favorecer un mercado del alquiler libre pero sano. Porque nadie tiene por gusto un capital ocioso. Salvo muy contadas excepciones que confirman la regla.

Antonio Casado.

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