MADRID 19 Jun. (OTR/PRESS) -
Al socialista Fernando Puras se le preguntó en plena campaña electoral: "¿si el Partido Socialista de Navarra -PSN- queda en tercer lugar en las urnas aceptará usted formar gobierno y ser presidente?". La respuesta tajante, seca, fue: no. Las urnas confirmaron el 27-M la tercera posición de los socialistas navarros pero al candidato de Zapatero en Navarra parece no importarle ya que su palabra quede en entredicho y pueda cuestionarse su valor. El interés de Fernando Puras es gobernar la comunidad foral e incluso presidirla por lo que no cabe la menor duda de que antes de celebrarse los comicios esa era su intención aunque los navarros le dieran la espalda en las urnas. Aparentemente, al candidato socialista no le preocupa desdecirse y de su actitud se deduce que anhela el poder como sea ,que es, en definitiva, la seña de identidad que define el socialismo de Zapatero. Puras está a punto de faltar a su palabra y de mentir; y quien entiende la política con engaños no merece crédito alguno y menos responsabilizarse de una gestión de gobierno. Las promesas se hacen para cumplirlas, por mas que el cínico viejo profesor Tierno Galván dijera la contrario, y más cuando están en juego asuntos tan serios como el futuro y la identidad de una comunidad a la que se pretende integrar en otra.
Si Pepiño Blanco ve muy "verde" todavía un acuerdo de los suyos con Nafarroa Bai es porque el pacto está a punto de caer como fruta madura. Y mientras Blanco sugiere que todavía no hay nada decidido , salvo la confirmación de que no habrá acuerdo con Unión del Pueblo Navarro, UPN, Fernando Puras anuncia que presentará su candidatura para ser investido. Es evidente que busca el apoyo del nacionalismo vasco-navarro al que hace guiños para formar un gobierno de coalición sin importarle que esa formación persiga que Navarra deje de ser Navarra o que coquetee de manera vergonzante con la heredera de Batasuna, Acción Nacionalista Vasca, ANV, al negarse a recoger las actas de sus concejales en aquellas localidades navarras donde las siglas proetarras no pudieron comparecer en las elecciones del 27-M , dando por buenos los votos nulos que sus seguidores emitieron. En la estrategia de los socialistas navarros hay además un aspecto perverso como el que supone que una fuerza política cuyo apoyo electoral es muy inferior al recabado por las otras dos formaciones, UPN y Nafarroa Bai, que la preceden en numero de escaños, pueda erigirse en ganadora de los comicios y formar gobierno. De seguir adelante con sus planes, Puras no solo faltaría a su palabra ,sino que se burlaría de la voluntad popular expresada mayoritariamente en las urnas por los ciudadanos impidiendo que gobernara la lista mas votada, UPN, en solitario o en coalición con los propios socialistas, como dicta el sentido común y el interés general de los navarros.
Antonio Jiménez.