MADRID 25 Jul. (OTR/PRESS) -
Esta vez ha sido Barcelona la ciudad que ha sufrido un tremendo apagón eléctrico y eso a pesar de que el calor no está siendo precisamente escandaloso este verano. Red Eléctrica asegura que no ha sido un problema de mantenimiento de la línea, pero la red de alta tensión ha sufrido dos averías recientemente. Vuelve por tanto el debate sobre el estado de nuestra red y el volumen de inversiones que se dedican a su mejora y mantenimiento.
Hay algunos que aseguran y se escudan en que pese a los grandes beneficios que obtienen cada año las compañías eléctricas no es dinero suficiente para cometer las mejoras que habría que hacer. El llamado déficit de tarifa, es decir que los españoles no pagamos con el recibo de la luz el coste real de la energía que nos suministran, sirve para muchas cosas. Por ejemplo, para escudarse en que las compañías no cubren el coste de la energía con las tarifas que pone el Gobierno y que no sube cada año en la forma que debe. Esta justificación que puede parecer muy técnica, no sirve ni consuela a los clientes que pagan religiosamente cada mes su recibo y que pagan lo que su compañía le pide. A cambio, sea mucho o poco es lo que es, quiere que el servicio funcione y que no ocurra que cada dos por tres el mal funcionamiento de la red por su deficitario mantenimiento o por la razón que sea, les deje sin luz y le amargue horas de bastantes días y papeleo y peleas. Nada es fácil para un usuario que pierde muchas cosas en un apagón. Ha de perder horas de su trabajo o de sus vacaciones en buscar soluciones.
Me parece una tomadura de pelo que cada año se produzcan en este país estos cortes de suministro prolongados y que siempre se apele a que no pagamos la luz al coste real. Ya está bien de echarle la culpa a los clientes de la falta de liberalización en un sector que por otro lado se presenta boyante, en el que todo el mundo quiere entrar a ganar dinero y en el que el Gobierno lleva tres años interviniendo y dando palos de ciego.
Carmen Tomás.