Actualizado 02/06/2017 12:20

Alerta en Alhucemas

MADRID,  31 (OTR/PRESS)

 El Sur existe y tiene problemas. Alhucemas (60.000 habitantes),
cerca de la frontera con Melilla, está que arde. El incendio empezó
siendo local pero va tomando perfiles más amplios y amenaza con
extenderse a todo el Rif, la histórica región de trágicos recuerdos  de
cuando la Guerra de África hace ahora poco más de un siglo.

Es un conflicto social estrictamente marroquí pero los efectos de la
revuelta podrían acabar salpicándonos.

 Los rifeños se duelen del abandono por parte de Rabat. No es cosa de
ahora, es una constante histórica que remite a la distancia secular
entre el Palacio y los habitantes del Rif. Desperdigados por sus
montañas los rifeños que tienen una lengua propia, el tamazigh, no han
perdido conciencia de su historia. Los sucesivos reinos marroquíes
históricos con capital en Fez o Marraquech siempre les miraron de lejos.
Eran tierras pobres, en las que malvivían gentes muy apegadas a sus
tradiciones. Montañeses independientes. Rebeldes siempre ante la
presencia extranjera, fueron los protagonistas de la revuelta contra 
los españoles dirigida por Abdelkrim. De las guerras de África todavía
resta un eco trágico en la Historia de España: Annual, Monte Arruit.
Cuando Marruecos (1956) se independizó de Francia y de España, el Rif
pasó a ser un invitado de segunda. Mohamed V primero y Hassan II 
concentraron sus planes desarrollistas en las grandes ciudades
históricas Fez, Marraquech, Casablanca, la propia Rabat. El Norte pasó
al olvido. Hassan II, padre del actual Rey, hizo frente con dureza a
diversos conatos de protesta. Mohamed VI, el Monarca reinante, corrigió
con algunos gestos aquella política de ostracismo.

 La revuelta encabezada días atrás por Nasser Zafzafi un desempleado
de 39 años que reclama mejoras sociales y que ha sido detenido por haber
interrumpido la oración en una mezquita (un delito en Marruecos) con una
soflama política, está adquiriendo un alcance de dimensiones preocupantes.

 Estas noticias coinciden en el tiempo de la crónica política
española con el debate sobre los Presupuestos en el transcurso del cual
la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría defendió el incremento de
la partida destinada al CNI (Centro Nacional de Inteligencia) -partida
protestada por un diputado de la oposición que no parece estar al tanto
de lo que pasa en Alhucemas-. Por simple precaución parecería razonable
ampliar nuestras antenas en la zona. Ceuta y Melilla quedan muy cerca.

Fernando Jáuregui

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