Publicado 28/10/2025 08:00

Fermín Bocos.- Junts y el apoyo a Sánchez

MADRID 28 Oct. (OTR/PRESS) -

Se atribuye a Abraham Lincoln decir que se podía engañar a muchas personas durante mucho tiempo pero que no se podía engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. Parece que algunos dirigentes de Junts han leído a Lincoln y le estarían reprochando a Carles Puigdemont que, en sus tratos con Pedro Sánchez, no haya tenido en cuenta la sabia reflexión del ilustre presidente norteamericano.

La crónica de los dos últimos años está plagada de episodios que apuntan en esa dirección. Es sabido que además de al PNV, Bildu, Sumar y Podemos, Sánchez le debe la presidencia del Gobierno a Puigdemont. Sin el voto de los siete diputados del partido separatista Sánchez no habría sido investido para seguir en la Moncloa.

En el caso del político prófugo de la Justicia por su participación en el intento de golpe del Estado del "procés", el precio inicial de aquél trueque fue la polémica Ley de Amnistía que en la práctica no aparejó un cambio sustancial en su situación ante la sentencia del Tribunal Supremo que excluía la malversación del amparo de dicha ley. Con un resultado que se prolonga hasta nuestros días: Puigdemont sigue en Waterloo. Y allí o en Suiza fue visitado en diversas ocasiones por el entonces diputado del PSOE Santos Cerdán (hoy en prisión) y por el ex presidente Zapatero, comisionados por Sánchez para intentar convencerle de qué no retirara el apoyo parlamentario que le permite seguir en La Moncloa.

Sánchez fue asintiendo a nuevas exigencias del prófugo: desde la trasferencia a Cataluña de las competencias en materia de emigración, al traspaso de la recaudación de impuestos -idea también de ERC- pasando por plantear el uso del catalán como lengua de uso de la Unión Europea.

Pero nada está cerrado. Sobre la última -el catalán como lengua oficial en Bruselas- Sánchez se marcó la semana pasada un farol asegurando que Alemania había cambiado su oposición inicial. Berlín no ha tardado en desmentirlo. Ante un escenario en el que, a la vista del parvo rendimiento que Junts está obteniendo del apoyo a Sánchez -y del crecimiento en los sondeos de Alliança Catalana, el partido emergente en el mismo espectro separatista- se habrían encendido las alarmas.

La reunión con los dirigentes del partido convocada en Perpiñán saca por primera vez a la luz las críticas internas a la gestión de Puigdemont, y las dudas acerca de mantener una estrategia cuyo único beneficiario hasta la fecha vienen siendo Pedro Sánchez en Madrid y Salvador Illa en Barcelona. A algunos de los asistentes parece que les sonaban las palabras de Lincoln. Veremos en qué queda la cosa.

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