MADRID 21 Dic. (OTR/PRESS) -
Los norteamericanos, instigados por 'cartoonists' como Oliphant o Herblock, se acostumbraron, durante los años setenta, a calificar como 'Tricky Dick' (Ricardito el Tramposo) a Richard Nixon, el presidente que propició el espionaje político ilegal en el hotel Watergate. Yo diría que fueron más importantes esos dibujantes de humor que cronistas como Woodward y Bernstein a la hora de provocar el derrumbe presidencial. Lejos de mi ánimo, por supuesto, el vicio nacional de comparar a unos y otros, porque Pedro Sánchez no es, desde luego, Nixon. Ni las cláusulas morales ante unas elecciones son las mismas en 2025 de lo que lo fueron en aquellos Estados Unidos que exigían decencia y rigor democrático ejemplar en esos años setenta.
No, no es lo mismo. Temo que el Watergate, en estos tiempos de Trump, quedaría reducido a un juego casi simpático: mayores escándalos estamos viendo y nos quedamos impasibles. Tanto nos hemos acostumbrado a la anormalidad. Allí, en los Estados Unidos, y aquí, en nuestra España. Pero no tanto como para desdeñar la oportunidad de advertir que Sánchez tiene que evitar que nuestros magníficos humoristas gráficos acaben llamándole 'Tricky Pete' ( o Pedrito el Trilero, en versión libre), calificativo que de ninguna manera quiero para el presidente de mi Gobierno, y que, ay, temo que estaría a punto de merecerlo.
Porque nuestros 'cartoonists' nacionales ya se ensañan con la figura de quien podría llegar a convertirse en 'Pete' Sánchez, un personaje capaz de ir a mitinear en Extremadura en favor del hombre judicialmente imputado por ayudar, presuntamente de manera ilegal, a su hermano (el de Sánchez, me refiero). El presidente español aparece, en las caricaturas y viñetas de nuestros artistas del humor, como eso, un pícaro fullero que no dice la verdad ni al médico y que saca conejos 'fake' de chisteras falsas.
Así caricaturizado afronta Pedro Sánchez, que es alguien de recursos casi ilimitados para pervivir en el poder, esta que puede ser recta final de su mandato, y que formalmente se inicia este domingo con lo que las encuestas y el sentido común anunciaban como una debacle del PSOE en Extremadura, primer Via Crucis electoral de una seria previsible a lo largo de este 2026 que ya nos llega.
Hemos de reconocer que Sánchez, 'el guapo', tiene una cintura boxística que nunca tuvo el sombrío Nixon: es capaz de mantener negociaciones a la desesperada con Junts (hoy secretas) y con Sumar (hoy reservadas), al mismo tiempo que con Europa, China o, si se tercia, con su fiel Zapatero y la Venezuela de Delcy. Jamás he visto a nadie capaz de mantener el equilibrio con tantos platillos, el 'malabarismo de platos' del circo chino. No sé ya cuántos platos más le quedan por controlar al artista, un fuera de serie en lo suyo sin duda (no, no es un elogio). A ver cómo explica que se le vaya al suelo uno de esos platos, el extremeño, y se haga añicos de la mano de un candidato que nunca debería haberlo sido. Y luego, el plato aragonés, y después el castellano-leonés, y a continuación el andaluz, y...
No, el circense chino no es un tramposo, sino un hombre con habilidades innatas, de la misma manera que el mago es persona dotada para engañarnos sabiendo, como sabemos, que nos engaña. O sea, lo mismo que nos sucede con el candidato a ser 'Tricky Pete': sabemos que nos miente y él sabe que lo sabemos, pero le seguimos admitiendo en nuestro círculo de jugadores de póker. Seguro que encontrará buenas razones (o ni siquiera las dará; total, para lo que sirven) para justificar lo de Extremadura, y luego todo lo que siga, en mítines y en banquillos, en el año que ahora comienza.
Así, nosotros seguiremos en la carrera, ajenos al lema que enuncia que 'la primera vez que te engañan, es culpa del otro; la segunda vez, es culpa tuya'. Y ello, aunque, como se decía de Nixon, ya nunca más compremos un coche usado a quien hace la trampa y la ley. Y, en ocasiones, también hace los milagros para que el coche siga rondando. Aunque esta vez, en Extremadura, no haya podido hacerlo del todo, pese a los errores del rival.