Actualizado 20/07/2007 02:00

Fernando Jáuregui.- Hala, ¡todos contra Rajoy!

MADRID 20 Jul. (OTR/PRESS) -

Escucho en tertulias y comentarios ataques contra Mariano Rajoy por haber propuesto modificaciones en la normativa electoral. Sugiere, como se sabe, que no se pueda formar gobierno con menos del treinta por ciento de los votos. Es, sin duda, una idea que necesita correcciones y matizaciones, pero no cabe desdeñarla sin más, simplemente porque favorezca, en estas circunstancias, al Partido Popular.

Que la Ley Electoral General hay que cambiarla, y que otras normativas anejas también, es algo que ya no admite discusión. El resultado de los pactos poselectorales tras los comicios municipales y autonómicos así lo indica de manera clarísima. No se trata de sustituir el sistema proporcional por el mayoritario, ni de tirar por la borda las posibilidades de que los 'minoritarios' puedan llegar al gobierno. Sí es deseable, en cambio, que, como principio general, se establezca que el más votado debe ser quien tenga el poder, o al menos que los partidos en principio minoritarios adviertan antes de las elecciones con quién pactarían y con quién no en todo caso. Ello salvaguardaría la voluntad del elector, que, al emitir su voto, sabe que no le darán sorpresas desagradables y que, con su sufragio, no está facilitando que llegue al poder precisamente quien él no desea.

No soy un experto en el tema -bien se ve que Mariano Rajoy tampoco-, pero no creo ni que deban imponerse porcentajes ni números absolutos para poder llegar a gobernar. De ninguna manera puede elaborarse una legislación que discrimine a las minorías. Pero tampoco mantener una que las potencie más de lo justo. Y, en todo caso, el principal bien a salvaguardar es el respeto a la voluntad del ciudadano, y dudo que este respeto haya sido lo que ha primado en pactos 'contra natura' como el del tripartito en Cataluña, el balear o el de no pocas ciudades y pueblos en toda la geografía española.

Entiendo que lo que Mariano Rajoy ha hecho, acaso con no excesivo rigor, ha sido poner sobre la mesa un tema que exige debate sin prisas, pero sin pausa, y que necesita, lógicamente, de un amplio consenso. Carece de sentido, a mi entender, disparar todos los dardos políticos sobre quien no ha hecho sino ser el primero en lanzar una propuesta constructiva. Merece algo más que el silencio o la descalificación más brutal.

Fernando Jáuregui.

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