Actualizado 06/03/2007 01:00

Fernando Jáuregui.- No te va a gustar.- ¿Zapatero anticristo?

MADRID 6 Mar. (OTR/PRESS) -

Una cosa es que Zapatero se equivoque a la hora de presentar las cosas, o que haga mal algunas cosas, o que haya cogido una perra considerable con el PP y acuse al principal (y único) partido de la oposición de ser el causante de todos los males y de ejercer una crítica injusta y excesiva al Gobierno (es la obligación de la oposición, ya sabe usted, señor presidente, criticar al Gobierno en lo que le parezca criticable). Y otra cosa es que, desde medios más o menos controlados por el PP -algunos, hasta públicos- se tolere que sus periodistas o comentaristas llamen "traidor" al jefe de un Gobierno salido de las urnas. O que los propios dirigentes populares, correspondiendo a la sal gorda con la que son tratados por los socialistas, digan lo propio, en una clara falsificación de los términos. ¡Pero si en Lorca, creo, llegaron a decir este domingo que Zapatero es el "anticristo", nada menos!

Claro, me dirá usted; son unos exaltados. Porque los que se envuelven en banderas preconstitucionales, los del anticristo, los talibanes que se asoman a algunos medios de comunicación, son una minoría 'ultra'. Espero que así se considere también desde el liderazgo del PP, que ha emprendido la senda espléndida de la moderación y la cautela. Porque Zapatero será un desacertado, un liviano, un errado a la hora de tomar decisiones cruciales, aunque yo pienso que más bien es que no tiene el coraje de explicarlas como habría que hacerlo, y envía a Rubalcaba de pararrayos para no ser él quien se enfrente con los dardos dialécticos de Rajoy. Lo que no me parece es que sea ni un anticristo (¿?) ni un "traidor", expresión más propia de aquellos tebeos del Capitán Trueno para referirse a los sarracenos y a la morisma. Claro que las mismas decenas de exaltados de Lorca le gritaban a Zapatero "queremos una España cristiana, no una España musulmana", con lo que tal vez le estaban llamando, sin saberlo, "Sarraceno", además de "anticristo". O algo aún peor, Dios nos asista.

Bueno, pues eso: que estamos matando moscas a cañonazos verbales en este crispódromo de las dos españas. Y en política, ya digo, las formas son al menos tan importantes como el fondo. "Sosegaos", que decía Felipe II a quienes, nerviosos, acudían a sus audiencias. Pues eso: sosiego a dos bandas, que es lo que necesitamos.

Fernando Jáuregui.

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