Actualizado 27/11/2007 01:00

Luis Del Val.- Larguísima campaña

MADRID 27 Nov. (OTR/PRESS) -

De la misma manera que las navidades comerciales parece que comienzan en cuanto hemos guardado los trajes de baño, las campañas electorales producen la desazonante impresión de ser crónicas. "¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes?" se preguntaba Enrique Jardiel Poncela, en una de sus novelas, con un título que sería hoy calificado de políticamente incorrecto. "¿Pero alguna vez hemos dejado de estar en campaña electoral?" nos podemos preguntar ahora. Y existe una respuesta consoladora: "Sí, cuando vivíamos bajo la dictadura".

De aquí a marzo -el que avisa no es traidor- no habrá tregua, ni siquiera en nochebuena. Esto no sería ningún problema, porque el ciudadano de los países desarrollados está acostumbrado a prescindir de la propaganda. Quiero decir que la gente no se suicida, porque no pueda ir de vacaciones a las islas Scheylles; no se pega cabezazos en las paredes por no tener ese automóvil de gran cilindrada, con cuya posesión parece que garantizan la felicidad, y no padece de insomnio por no tener en el guardarropa ese vestido tan selecto y distinguido. Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, recibimos cerca de 4.000 mensajes incitándonos a comprar o contratar algo que nos puede hacer dichosos, y la mayoría de los días prescindimos de esas 4.000 ofertas, sin que nos sintamos más desgraciados de lo normal.

Resistiremos la dilatada y prolongadísima campaña electoral, que no concluirá hasta marzo, con la misma entereza con que prescindimos de endeudarnos hasta las cejas para poseer un apartamento en la playa. Eso sí, va a ser un cuatrimestre de mitin tomar. No va a existir fin de semana sin que el señor Zapatero o el señor Rajoy no vayan a una ciudad, villorrio, capital, pueblo o lugar para explicar que son la leche, que, por cierto, ha subido. Esperemos que la sobredosis no produzca esos efectos de rechazo que enervan a los sociólogos.

Luis Del Val.

www.luisdelval.com

Contenido patrocinado

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

Váyase ya, señor Sánchez

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Con la Iglesia has topado, amigo Sánchez

Foto del autor

Victoria Lafora

¡Qué vergüenza!

Foto del autor

Carmen Tomás

Ellos se forraban y tú pagabas