Actualizado 24/09/2007 02:00

Consuelo Sanchez Vicente.- La ley o "la selva"

MADRID 24 Sep. (OTR/PRESS) -

A mí que equis personas griten, yo soy 'los catalanes', o 'los vascos', no me asusta. Ni siquiera me inquieta. Cada cual es muy dueño de creerse 'Napoleón', 'Josefina', o los dos. Que amenacen, acosen o se líen a mamporros con quienes no comparten sus ideas, sin embargo, me recuerda otro tiempo que por edad también me ha tocado vivir: a aquellos otros "guardianes de las esencias" que en las postrimerías del franquismo también amenazaban, acosaban y la emprendían a mamporros con quienes no pensaban como ellos al grito de, yo soy 'los españoles'. A estos, sus bravatas les salían habitualmente gratis, "por evitar males mayores", decía la autoridad. A los de hoy, por la misma razón, a veces, también. Esto es, en mi opinión, lo preocupante, esto si que da miedo; a mí esto sí que me asusta.

La coincidencia entre estas dos "partidas de la porra" es obvia: el mismo pensamiento totalitario, igual intolerancia, idéntico desprecio a la libertad. El mismo delirio. Pero la diferencia entre ambos tiempos, también: entonces estábamos tratando de salir lo mejor parados posible de una dictadura, y hoy llevamos ya treinta años de democracia. Todo lo imperfecta y mejorable que queramos, pero democracia. En una democracia no puede haber espacio alguno para la impunidad. La sociedad es plural. El derecho a sentir unos símbolos o una bandera como propios y otros no, a sentirnos de aquí y no de allá, y a pensar y decir lo que pensamos por cualquier medio a nuestro alcance no tiene más límite en democracia que el respeto al marco que regula la convivencia pacífica. El respeto a la ley. Pero, cuando "la autoridad" abdica de hacer cumplir la ley, cualquier ley, la alternativa es "la ley de la selva". No hay "mal mayor" en democracia que la impunidad.

Cualquiera está en su derecho de sentir, pensar y protestar como mejor le plazca, la libertad de expresión es un derecho constitucional de todos los españoles. Pero, con un límite claro: la ley. ¿Se puede estar - y decirlo - "contra la monarquía"? Claro que sí. Y a favor de la República, y por la "independencia", y contra el "carné por puntos", y por los pisos para todos. Pero, quemar fotos del Rey, mandarle a Albert Rivera una foto con una bala en la frente o acosar a la alcaldesa de Lizartza no son formas de protesta legítimas, esto no es "libertad de expresión" sino saltarse la ley. Como 'okupar' casas o no pagar los impuestos, vamos. Que la bandera de España no ondee en todos los ayuntamientos españoles, también, esto tampoco es "libertad de expresión". Mientras no se cambie la ley, Euskadi y Catalunya también son España. ¿La ley? ¿O la selva? Esta es la cuestión.

CONSUELO SANCHEZ VICENTE

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