Actualizado 20/11/2007 01:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- Preso de su fama

MADRID 20 Nov. (OTR/PRESS) -

Tras la publicación de nuevos contactos entre miembros del Partido Socialista de Euskadi (PSE) y terroristas de la ETA, ha ocurrido lo de siempre: desmentidos de lo más enérgico, acusaciones al periódico que reveló esas entrevistas, bla, bla, bla. Sobre todo, mucho bla, bla, bla. El público, mientras tanto, asiste una vez más al espectáculo sin la menor posibilidad de poder comprobar la veracidad o no de esas informaciones. Palabra contra palabra. Bronca de arrabal. Como siempre. Igual que cuando los GAL, lo mismo que cuando Filesa o los fondos reservados.

La cuestión en estas condiciones, al menos ahora, no puede ser si lo publicado es verdad, porque no hay forma de esclarecer este punto. La cuestión es si es verosímil. Y, para desgracia de Rodríguez Zapatero, su Gobierno y el PSOE en general, resulta que lo es. Y esta verosimilitud deriva de los innumerables precedentes que han enviado la credibilidad de Rodríguez al desván de los trastos inútiles desde hace tiempo. Rodríguez Zapatero se ha ganado a pulso -no sin grandes esfuerzos, todo hay que reconocerlo- una sólida fama de embustero incorregible, y para mayor inri se la ha ganado también en relación con los contactos del Gobierno y el PSOE con la ETA. Y está preso de su fama.

Ahora proclama que será implacable con el terrorismo, mientras mueve la cabeza arriba y abajo como aquellos perritos de las ventanillas traseras de los automóviles (¿no habrá ninguno de esos sabios que han contratado que le diga que deje la cabeza quieta de una vez?). Nada que hacer. La convicción de los españoles es que, en cuanto tenga la primera oportunidad de volver a negociar con los asesinos, lo hará. Sobre eso hay unanimidad, sólo que a unos les parece bien, y a otros, mal. Lo que no se cree nadie es que haya descartado todo futuro contacto negociador con los criminales. Esto es lo que hay.

Ramón Pi.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes