Desarrollan un modelo computancional que permite predecir el movimiento de cometas

Cometa
CSIC
Actualizado: martes, 27 abril 2010 13:53


MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un grupo internacional de astrónomos, con participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Granada, ha desarrollado un modelo computacional que puede revelar información sobre los cometas que hasta ahora resultaba casi imposible de obtener desde tierra.

Esta nueva herramienta abre la posibilidad de conocer la orientación del eje de giro de un cometa o localizar las áreas activas, algo que puede determinar el éxito o el fracaso de una misión espacial. El trabajo, fue publicado por la revista Astronomy & Astrophysics.

En 2014, después de diez años de viaje, la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) alcanzará su objetivo que es el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Rosetta se acoplará en una órbita alrededor del núcleo y liberará un módulo que se posará sobre su superficie, con regiones activas y zonas con chorros de gas y polvo a gran velocidad, lo que podría poner en peligro la misión. Detectar con anterioridad esas regiones resulta entonces esencial y el modelo recién presentado constituye la herramienta idónea para ello.

El modelo computacional reproduce las estructuras de polvo presentes en la coma para lo que se necesita una campaña de observación desde tierra extensa en el tiempo.

Este sistema busca reproducir las propiedades del cometa del modo más realista posible. De forma general, las simulaciones por ordenador de la actividad cometaria se realizan considerando las áreas activas como puntuales y el núcleo como una esfera. Pero los datos de las misiones muestran que las regiones activas pueden ser extensas y que la forma del núcleo cometario dista mucho de ser esférica; de hecho, parece que tiende más a la elipse. El modelo desarrollado por los investigadores del CSIC contempla estas variantes.

El mejor medio para comprobar la eficacia de un modelo reside en probarlo con un objeto bien conocido y en este caso el banco de pruebas ha sido el cometa 9P/Tempel 1 que, gracias a la misión Deep Impact de 2005, es uno de los mejor caracterizados en la actualidad.