Versión analizada: PS4
Batman Arkham Knight (análisis): No te vayas todavía
MADRID, 13 (Mario Jiménez/Portaltic)
Casi todos los finales son tristes (bueno, ahora que lo pienso, el final de "Los Serrano" sí fue un alivio). Pero si además lo que se acaba es una historia que ha cambiado los videojuegos de superhéroes, que nos ha proporcionado horas y horas de adrenalina y que, sobre todo, ha sabido estar siempre a la altura del género, ofreciendo el máximo de calidad y mejorando en cada entrega, pues la cosa es mucho peor.
Rocksteady ha puesto fin a su excelsa trilogía de El Caballero Oscuro con "Batman Arkham Knight", una última entrega que no sólo pone la guinda al mejor homenaje que el protector de Gotham ha tenido nunca en las consolas, sino que además, como juego individual, destila calidad y mimo por los cuatro costados.
Sin desvelar los detalles que conforman las muchas sorpresas de la trama, sí podemos decir que la historia tiene como protagonista a El Espantapájaros, que ha desarrollado una toxina capaz de enajenar a toda la ciudad y, que tras sembrar el pánico, ha provocado una evacuación total que ha dejado las calles de Gotham a merced de los delincuentes, una situación que por supuesto aprovechan otros archienemigos de Batman para sacar tajada. Uno de ellos, una especie de personaje robótico con un odio enfermizo hacia el murciélago, lidera además un poderoso y ultraequipado ejército que ha tomado la ciudad, dividida en este caso en tres islas comunicadas por puentes.
LICENCIA PARA CONDUCIR
En esta batalla nuestro héroe no está solo. De entrada cuenta con la inestimable ayuda de Alfred, Lucis Fox, Robin, Nightwing, Oráculo, Catwoman y, un invitado de excepción, el Batmovil que, además, podemos conducir libremente desde el primer momento.
Esta es una de las grandes satisfacciones del juego, ya que los fans lo habían venido pidiendo desde el principio. Ahora, debido a las gigantescas dimensiones de Gotham y a lo particular de algunas misiones, el coche se convierte en un elemento indispensable. De hecho, en muchos momentos queda claro que el juego se ha desarrollado pensando en que el Batmovil y su arsenal tengan mucho peso específico en la acción. Además, la sensación de pilotarlo por las calles de la ciudad a velocidades de infarto es indescriptible.
El planteamiento no difiere mucho de entregas anteriores, por lo que vamos alternando misiones dentro de la historia, decidiendo en todo momento si queremos resolver el argumento principal, que es el de El Espantapájaros, u optar por otras misiones secundarias, a cual de ellas más interesante. El juego no se concibe si no es solucionando todos los conflictos, puesto que además muchos de ellos estas interrelacionados, pero la libertad de ir de uno a otro le añade mucho interés y ayuda, por ejemplo, a ir mejorando el Batraje o las armas para poder enfrentarnos a enemigos más duros.
Algunas de estas historias paralelas están desarrolladas con tanto detalle y tienen tanta miga que es imposible no llevarlas a cabo. La de Ridler, sin ir más lejos, es una de las más recurrentes, no sólo porque Enigma nos vaya dejando mensajes por todas partes, sino porque tiene el aliciente de rescatar, y controlar, a Catwoman. Pero este no es el único enemigo, ya que en las aproximadamente 30 horas que dura el juego, nos cruzamos con El Pingüino, Dos Caras, Hiedra Venenosa* así que más vale que estéis preparados para todo.
¿SE PUEDE SER MÁS ÉPICO?
Si algo ha caracterizado siempre a Batman es su tono épico, el de un personaje en constante lucha consigo mismo, marcado por un pasado trágico y con un sentido de la responsabilidad a veces incluso excesivo. Pues bien, Rocksteady ha traspasado todos estos rasgos al videojuego y, en el caso de "Arkham Knight" los ha llevado al extremo, moldeando un héroe solitario, sombrío, que carga con un peso gigantesco sobre los hombros. Es consciente además de que puede estar ante el final de su vida, de manera literal, pero ha decidido asumirlo, y esa decisión no deja de sobrevolar en todo momento por encima de la historia.
Por eso uno disfruta tanto al jugar. Por eso y porque tenemos casi todos los gadgets disponibles desde el principio, por un sistema de combates sencillo pero tremendamente efectivo, que además incorpora novedades, como el modo Intimidación, que permite acabar con varios enemigos en un solo ataque en una escena brutal que sucede en cámara lenta.
El ser sigiloso es, por supuesto, fundamental, y aunque se puede optar por la vía rápida y "bruta" es mucho mejor moverse en las sombra y atacar desde las alturas con el modo Detective. No sólo porque resulta más satisfactorio, sino porque hay verdaderas hordas de enemigos sueltas por Gotham y en ocasiones resulta complicado hacerles frente cuerpo a cuerpo.
A nivel técnico todo es sobrecogedor. Y aunque la historia sucede de noche, los juegos de luces, el nivel de detalle de la ciudad, su gigantesco tamaño, la vida que transcurre en tiempo real en las calles y la fluidez de los movimientos, son alucinantes. Planear con Batman por encima de los edificios o "volar" con el Batmovil por las carreteras llega a resultar adictivo y no se puede evitar abandonar la historia muy a menudo para, simplemente, disfrutar como si fuéramos turistas en Gotham.
Por si esto fuera poco, y aunque las opciones online del juego son casi anecdóticas (tampoco las necesita) en unos días se lanza el primer DLC, que nos permite controlar a Batgirl en una historia que sucede poco antes de los hechos acaecidos en el hospital de Arkham. Más leña al fuego.
¿Pero es que acaso estamos ante un juego perfecto? Pues mire usted, sí, ya que quitando un par de pegas en el doblaje, que por otro lado es de los que dejan con la boca abierta, y algún problemilla con el motor de colisiones, el título no tiene una sola pega. Es largo, tiene una buena historia que va creciendo minuto a minuto, técnicamente es impecable y se ha cuidado hasta el detalle más pequeño.
Los fans de Batman, e incluso de los propios videojuegos, no podíamos desear un mejor colofón para la trilogía que ha dignificado el género de los superhéroes. Por ello sólo cabe darle las gracias a Rocksteady, por hacernos disfrutar y, sobre todo, por saber respetar a aquellos que deciden desembolsar más de 60 euros por un juego, ofreciendo calidad, variedad e innovación cuando la tentación de haberse tumbado en la poltrona del éxito que tuvo el primer título era tan grande.