Contagion Origins en Virtual Arena es una RV a medio camino del escape room que se queda varias generaciones atrás

Contagion Origins.
Contagion Origins. - VIRTUAL ARENA
Publicado: sábado, 9 octubre 2021 11:30

   MADRID, 9 Oct. (EDIZIONES/Portaltic) -

   La sala madrileña de videojuegos en realidad virtual (RV) Virtual Arena cuenta desde el viernes 8 de octubre con un nuevo videojuego: Contagion Origins, un 'shooter' de zombis para grupos de hasta ocho jugadores.

   Con una mecánica de juego que resulta familiar a los aficionados de los videojuegos pero que se permite también varios guiños a otras formas de entretenimiento como las salas de escape o 'escape rooms', Virtual Arena apuesta por la inmersión para jugadores adultos como una propuesta alternativa para reuniones de amigos o cumpleaños, entre otros.

   No obstante, la propuesta técnica no acaba de satisfacer las expectativas del público 'gamer' en diferentes aspectos, como hemos podido apreciar en Portaltic en la experiencia prueba que hemos realizado en Virtual Arena.

QUÉ ES VIRTUAL ARENA

   Virtual Arena es una sala ubicada en el barrio madrileño de Arganzuela-Delicias (C/ Tomás Bretón 52). Ofrece a los jugadores experiencias de 50 minutos (30 de juego) por entre 32 y 37 euros, o de 30 minutos con 15 de juego de 17 a 19 euros.

   La sala lleva en funcionamiento desde octubre de 2020, y es la primera de España abierta por la franquicia francesa del mismo nombre, que también se encarga del desarrollo de la mayoría de videojuegos, incluido Contagion Origins, aunque otros son encargos a estudios de terceros.

   El formato, que en Madrid ya cuenta con competidores como la franquicia Zero Latency, apuesta por dar libertad de movimiento al jugador en una nave de 280 metros cuadrados mientras juega con un visor de realidad virtual y, en el caso de los 'shooters', con un rifle impreso en 3D entre las manos.

CONTAGION ORIGINS

   Contagion Origins es el sexto videojuego de Virtual Arena que llega a España. Desde el lanzamiento de su sala madrileña, hace un año, es la primera vez que su catálogo inicial se amplía con un nuevo juego.

   El jugador se pone en la piel de un grupo de soldados de élite que intenta combatir la invasión zombi que asola una ciudad, y debe intentar evacuar a la población civil antes de contagiarse, con criaturas cada vez más peligrosas a las que enfrentarse.

   El equipo de juego está formado por una mochila que alberga el ordenador (no muy pesada), auriculares con cancelación de ruido, visor de realidad virtual y un rifle de plástico impreso en 3D.

   El golpe de inmersión inicial de los cascos elegidos no es tan bueno como el de otros juegos de realidad virtual en persona que hemos probado, como las salas de Zero Latency, ni tampoco de otros modelos de visores como los de Oculus.

    Las gafas de realidad virtual no nos han aislado completamente del exterior, y a pesar de que la inmersión mejora con el tiempo, se filtra la luz y se sigue viendo parte del suelo al usarlas.

   Los controles de juego son sencillos, con la mayoría de acciones que se realizan solo al caminar sobre objetos y zonas, en su mayoría por espacios abiertos pero con algún que otro túnel estrecho.

   La mecánica de disparo también es sencilla, con un solo gatillo y un botón adicional para cambiar de arma. Para recargar solo hay que bajar el arma y apuntar al suelo.

   El rendimiento de la realidad virtual hace que la inmersión sea posible sin grandes problemas, aunque hay aspectos mejorables en la mecánica de recarga, y el proceso de apuntar y cambiar de armas nos ha resultado poco intuitivo.

GRÁFICOS POCO AVANZADOS Y ASPECTOS MEJORABLES

   Técnicamente, el juego adolece de los problemas habituales de la realidad virtual, como constantes parones para cargar nuevos escenarios (que en este casos nos han parecido demasiado frecuentes) o disonancias en la anatomía de los jugadores, ya que los brazos, piernas y cuerpo de los personajes jugables se mueven sin mucho sentido. El juego es de desarrollo francés y algunos mensajes de espera no se han traducido al español, aunque está doblado.

   A nivel gráfico, Contagion Origins está varias generaciones por detrás de las consolas y PC actuales, y nos ha parecido comparable a la calidad, por momentos, de las PS2 y la Xbox original, e incluso la anterior, de la primera PlayStation. Demasiadas décadas de sensación de desfase para un juego lanzado en 2021.

   El juego está orientado a público adulto (otros juegos sí son aptos para familias y niños), aunque en el registro puede optarse por desactivar el modo gore para reducir la sangre e imágenes violentas.

   También parece algo a mejorar el no tener avisos cuando el jugador se acerca a otro para evitar choques o mantener la distancia de seguridad por Covid, algo que otras salas de VR sí han implementado. Las alertas de seguridad sí que advierten cuando el usuario se acerca a la pared o sale del área de juego.

El sonido, a pesar de usar auriculares tipo diadema con cancelación de ruido con buena calidad, no nos ha resultado tampoco un punto a destacar de Contagion Origins.

   Esto es así porque el jugador no se escucha a sí mismo al hablar, lo que genera una sensación extraña al comunicarse con los compañeros del equipo, y nos ha resulta difícil escuchar y entender bien los diálogos importantes en momentos de acción, en los que los disparos se superponen al diálogo.

SIMILITUDES CON LAS ESCAPE ROOMS

   Emulando a las escape rooms, permite diferentes estrategias para superar el desafío zombi, con una gran importancia en las elecciones y la coordinación entre jugadores del equipo.

   Adopta una mecánica de hordas en la que el jugador debe rechazar una alta cantidad de zombis que acuden a su posición, poco sorprendente pero entretenida, y con alguna escena en la que sí hay que moverse por túneles y donde se aprovecha mejor el espacio.

   Cuenta con elementos interesantes adicionales como desactivar bombas, hacerse con munición, diferentes armas según la estrategia y sobre todo temibles jefes finales a los que no es posible vencer por la fuerza bruta.

   Esto hará a más de uno querer repetir para resarcirse. Porque, sí, se puede perder y hay finales diferentes, otro elemento más que lo acerca a las escape rooms y a los gustos de sus aficionados.

   En conclusión, Contagion Origins de Virtual Arena supone una alternativa de entretenimiento más que añadir a la ciudad de Madrid, que a pesar de sus posibilidades de entretenimiento y juego en equipo con amigos, sobre todo para los aficionados a la mecánica de las escape rooms, se quedará algo corta para las expectativas del público 'gamer' acostumbrado a los juegos de los últimos 10 o 15 años. Y es que, al fin y al cabo, muchos videojuegos pueden valer el mismo precio que la entrada, aunque con una experiencia que no es comparable.

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