Actualizado 30/06/2008 13:16

Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA celebran desde Panamá la victoria de España en la Eurocopa


COLÓN (PANAMÁ), 30 Jun. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Elsa Triguero García) -

No importa el calor, no importa que en una habitación estén apretadas unas 70 personas si de lo que se trata es de ver el último partido de la Eurocopa 2008 para, al final, ver triunfar a la selección española. Así siguieron ayer, desde Panamá, el encuentro entre España y Alemania los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA, que este año alcanza su XXIII edición.

Coreando lemas como "¡Sí, sí, sí, la Eurocopa ya está aquí!" o el conocido "¡A por ellos!", los expedicionarios, entre los que animaban no sólo los españoles sino también chavales de otras muchas nacionalidades, no quisieron perderse ni un minuto del partido. El acontecimiento también despertaba el interés de la población local, inclinada claramente hacia el equipo español.

Por fin, en el minuto 33 Fernando Torres marcó el gol del triunfo, pero los 'ruteros' no respiraron tranquilos hasta que pudieron decir al unísono "3, 2, 1, 0" y confirmar que los alemanes no eran capaces de vengarse del tanto apuntado por el delantero. Sin embargo, la derrota de Alemania fue amarga para la única expedicionaria germana que forma parte del grupo de este año, quien intentaba huir de todos los que se la acercaban, aunque fuese para 'darle el pésame'.

A pesar del final feliz, los expedicionarios casi habían perdido la esperanza de poder disfrutar del partido debido a los múltiples inconvenientes técnicos existentes. Y es que el tema de las comunicaciones resulta complicado en Nombre de Dios, una humilde aldea próxima al río Chagres que en la época colonial constituía un puerto de escala clave para la Corona española en el transporte de mercancías desde y hacia Sudamérica.

Hoy en día es una pequeña localidad que cuenta con una iglesia, una escuela y unas cuantas casas unifamiliares que destacan por sus múltiples colores pero también por lo precario de su construcción; todo ello enmarcado por una frondosa vegetación y por el océano Atlántico. Por sus calles sin asfaltar, que por no tener no tienen ni nombre, pasean tanto niños como gallinas y perros.

ENTREGA DE JUGUETES

Éste ha sido el lugar escogido por la Ruta Quetzal BBVA para llevar a cabo la octava edición de la campaña 'Un juguete, una ilusión', organizada por Radio Nacional de España y la Fundación Crecer Jugando. En total, esta campaña distribuirá en Panamá 10.000 juguetes y pondrá en marcha tres ludotecas en escuelas y centros de menores con el objetivo de educar a los niños a través del juego.

Enrique Martínez, responsable de 'Un juguete, una ilusión', explica que, por un lado, esta iniciativa enseña a los niños a sacar partido del juego al convertirlo en una actividad socializadora y, por otro, les hace entender la importancia de valorar y conservar los juguetes.

Unos 200 niños recibieron en Nombre de Dios los juguetes de manos de los 'ruteros', que observaban con satisfacción y ternura cómo se iluminaba la cara de los más pequeños al recibir los regalos. Algunos tuvieron la picardía de intercambiarse los juguetes para conseguir ése que les había gustado y dar el suyo a cambio, y en seguida salieron a la calle a jugar con sus camiones y muñecas.

Poco antes, los pequeños disfrutaron de una función de títeres de cachiporra a cargo del Grupo Libélula, que les fascinó con una historia de princesas, fantasmas y cocodrilos que hizo reír por igual a niños y a adultos.

POCOS RECURSOS EDUCATIVOS

La función se hizo en el Centro de Educación Básica General José Isabel Herrera, un edificio compuesto por diez aulas con poco más que una pizarra y unos viejos pupitres cada una. Cuando uno ve el 'salón de informática', lo primero que se pregunta es dónde están los ordenadores, ya que lo único que hay son unas viejas máquinas de escribir que donó otro colegio cuando consiguió adquirir ordenadores.

El director de la escuela, Pedro Ceballos Martínez, señala que desde el año 2006 está haciendo gestiones para lograr que sus alumnos puedan tener ordenadores en este aula, algo que ve muy necesario porque, a su juicio, "la tecnología fortalece la educación".

Con las antiguas máquinas de escribir, el problema surge cuando, al cabo de un tiempo, los niños van a Colón, capital de la provincia del mismo nombre, y "se topan con el monstruo", es decir, que no saben utilizar un ordenador, por mucha mecanografía que sepan. "Llevamos diez años de atraso en la educación", lamenta el director del colegio.

Los expedicionarios de la Ruta acamparán hasta el próximo martes en Nombre de Dios, donde duermen junto al mar en hamacas cubiertas por lonas para protegerse de la lluvia, que saben por experiencia que cae en cualquier momento y sin piedad. Aunque tampoco está de más mojarse en un país donde quienes no están acostumbrados a un clima como el panameño no dejan de perder agua por todos los poros de su piel. Precisamente eso, mojarse, fue lo que hicieron esta tarde los 'ruteros', pero en el mar y con bañador.