Uno de cada cinco confunde fecha de consumo preferente con fecha de caducidad

ARTPARADIGM

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

Uno de cada cinco madrileños confunde el significado de fecha de consumo preferente con el de fecha de caducidad, según un estudio de HISPACOOP (Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios).

Según un comunicado de EROSKI, que forma parte de dicha confederación, esta confusión puede provocar que alimentos perfectamente válidos para el consumo se tiren a la basura.

Así, el 20 por ciento de los encuestados tiene la creencia equivocada de que la fecha de consumo preferente significa que a partir de esa fecha no es del todo seguro comer ese producto, que corresponde en realidad a la fecha de caducidad.

Por otro lado, el 25 por ciento piensa que la fecha de caducidad quiere decir que a partir de esa fecha el alimento ya no conserva sus cualidades específicas pero que es seguro comerlo, un error que puede repercutir en consumir alimentos en mal estado.

La encuesta, que se llevó a cabo entre un total de 602 personas, forma parte de una investigación que se ha realizado en toda España con el fin de determinar el nivel de desperdicio de alimentos en los hogares.

Los encuestados han sido los responsables de las compras, almacenamiento y preparado de alimentos en el hogar, de los que en la Comunidad de Madrid siete de cada diez son mujeres con una media de edad de 48 años.

Según el estudio, sólo el 4 por ciento de los encuestados madrileños reconoce que suele tirar comida a la basura, mientras el 96 por ciento restante asegura que intenta conservarlos en el frigorífico o congelados, aunque entre ellos hay quienes confiesan que, al final, acaban por tirarlos.

Sin embargo, al ser preguntados por grupos de alimentos, el 57 por ciento de los madrileños entrevistados reconoce que tira frutas y verduras; los cereales, productos de panadería y pastelería, un 31 por ciento); comidas preparadas/precocinadas y embutidos, un 23 por ciento. Para todos los demás grupos de alimentos, el porcentaje de los madrileños que admiten tirar algo es inferior al 18 por ciento.